Francia anunció hoy el despliegue de 10.000 soldados y 5.000 policías adicionales mientras busca a cómplices de los autores de los atentados islamistas de la semana pasada, que dejaron 17 muertos y conmocionaron al país, en medio de un incipiente debate sobre cómo combatir el extremismo.

Ministros del presidente Francois Hollande advirtieron que la "amenaza" continúa tras los ataques, que comenzaron el miércoles pasado con una matanza de 12 personas en el semanario satírico Charlie Hebdo y terminaron el viernes con la muerte de tres atacantes en operativos policiales casi simultáneos.

"El presidente Francois Hollande ordenó la movilización de 10.000 militares para asegurar la seguridad en los puntos sensibles de nuestro territorio. Es una verdadera operación interior por la amplitud de las amenazas que existen", anunció el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian.

La movilización supera en cantidad a los militares que Francia mantiene desplegados en Africa y Medio Oriente.

Además, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, anunció que se desplegarán 4.700 policías y gendarmes adicionales para proteger escuelas y centros de culto judíos.

El primer ministro Manuel Valls reconoció que "la persecución continúa" y admitió que la policía busca a posibles "cómplices" de los tres atacantes abatidos el viernes: los dos hermanos que cometieron el atentado contra Charlie Hebdo y un tercer hombre que tomó rehenes en un supermercado kosher de París.

Las autoridades franceses dijeron que el ataque a la revista satírica, que estaba bajo amenaza de islamistas por haber publicado caricaturas de Mahoma, fue cometido por tres personas, pero hasta ahora sólo fueron hallados y muertos los hermanos Cherif y Said Kouachi, de 32 y 34 años.

En este sentido, Valls dijo que Hayat Boumeddiene, la mujer de Amedy Coulibaly, el extremista que se atrincheró en el supermercado -que mató a cuatro rehenes y que un día antes había asesinado a una mujer policía en la calle- "se encuentra probablemente en Siria o Turquía".

Ayer, en una histórica manifestación, casi cuatro millones de franceses salieron a las calles de ciudades de todo el país para repudiar los ataques y mostrar su unidad, incluyendo casi 1,5 millones de que marcharon por París encabezados por Hollande y líderes de unos 50 países, entre ellos los de Israel y Palestina.

Mientras aún persiste la emoción por la movilización popular, los medios galos comenzaron a preguntarse si las autoridades caerán en la tentación de promover una ley de "guerra contra el terrorismo" similar a la ley Patriot Act sancionada por Estados Unidos 45 días después del atentado del 11 de septiembre de 2001.

Votada en la urgencia y sin grandes debates un mes y medio después del atentado del 11 de setiembre de 2001, la Patriot Act extendió los poderes de las autoridades estadounidenses en materia de vigilancia para luchar contra el terrorismo y simplificó y flexibilizó los procesos judiciales.

Más de 13 años después de haber sido instaurada en Estados Unidos, la Patriot Act continúa siendo una de las leyes más controvertidas de la historia.

"Nada será peor para el Derecho, si en estos momentos de intensa unanimidad, esta ola de emoción sumerge a la razón", subrayó hoy el diario Le Monde en un editorial y advirtió que el Código Penal francés "podría dar un paso atrás".

"Las medidas excepcionales tomadas en tiempo de crisis quedan para siempre en los textos. Poco a poco, los procesos derogatorios toman el lugar del derecho común", continuó el vespertino francés, que denunció una campaña del "lobby policial" para obtener mayores medios de acción y recursos económicos.

En momentos en que la presencia de más policías, gendarmes y ahora hasta de militares ya se nota en las calles, el transporte y las escuelas de París, las radios públicas emiten consejos de psicólogos para que los padres puedan explicar a sus hijos los abruptos cambios en la vida diaria.

"Tenemos tres muertes por año por terrorismo, no debemos caer en la tentación de inspirarnos en el modelo estadounidense, que no funciona y transformó al país en una república policial que recorto las libertades individuales", estimó el politólogo Eric Denécé en declaraciones a la radio France Info.

Desde que el socialismo asumió el poder, en mayo 2012, ya adoptó dos leyes relativas a la lucha contra el "terrorismo". La ultima fue votada en noviembre pero su decreto de aplicación aun no fue publicado, lo cual le valió criticas al oficialismo.

El premier Valls, quien en un principio aseguró se redactaría "una dura ley antiterrorista" y luego se retractó, avanzó hoy algunas pistas al afirmar que pretende "aislar" a los "islamistas radicales" en las prisiones y mejorar los sistemas de escuchas.

Valls, quien manifestó que "habrá un antes y después" de "este hecho atroz", fue hoy criticado por el diario Libération por su
intención de endurecer la lucha antiterrorista.

"La respuesta es policial, judicial, pero también profundamente política, hizo saber el presidente Francois Hollande", remarcó hoy Valls.

"Hollande se endosa el estatus de comandante", afirmó Libération, y añadió que "al pilotear las operación y multiplicar los gestes para calmar la situación, el presidente recupera legitimidad y se ubica en el centro del juego".

Desacreditado entre los franceses por el incumplimiento de sus promesas y la orientación liberal de sus reformas para sacar a Francia de la crisis económica que atraviesa, Hollande busca "aprovechar el envión" para "relanzar" su presidencia al promediar su mandato, opina Libération.

En tanto, la denominada "unión nacional" reclamada por Hollande para hacer frente al extremismo, y que infundió el ánimo de quienes participaron de las marchas de ayer, comienza a agrietarse.

Al día siguiente de la manifestación más importante en Francia después de la liberación del nazismo en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, la clase política empezó a debatir sobre los deficiencias en la prevención del atentado y la posibilidad de endurecer la ley antiterrorista vigente.

"La cuestión de la inmigración y el islam son preguntas que debemos hacernos claramente, asociando a todo el mundo", reclamó hoy el ex presidente conservador Nicolas Sarkozy, en una reaparición mediática al brindar varias entrevistas.

El ex presidente (2007-2012) pidió impedir el regreso al país de los yihadistas que parten a Irak o Siria a realizar la guerra santa y luchar contra el tráfico de armas.

"Hay libertades que pueden ser fácilmente abandonadas", sostuvo en la radio RTL el ex ministro del Interior de Sarkozy, Claude Gueant, quien reclamó "un Patriot Act a la francesa".

"Hay que erradicar a los fundamentalistas de nuestro país, sino, la metástasis será en nuestro territorio", aseguró por su parte la líder Marine Le Pen, del partido ultraderechista y antiinmigración Frente Nacional (FN), en el canal iTélé.

La líder del FN, que ayer no participó de la manifestación, es acusada de buscar "derechizar" el debate por sus propuestas de reinstaurar la pena de muerte y endurecer la política inmigratoria.

Las encuestas sitúan a Le Pen como favorita para la elección presidencial de 2017.

Sin embargo, las mismas encuestas coinciden en que, en caso de una segunda vuelta, no podría imponerse ante ningún candidato por el alto rechazo que genera su partido en Francia.

Entretanto, varias organizaciones musulmanas denunciaron hoy en un comunicado más de 50 incidentes contra los musulmanes en Francia desde el ataque a Charlie Hebdo, cuyos autores justificaron por el hecho de que la revista había ofendido al islam con sus caricaturas de Mahoma.

Los incidentes incluyeron 21 ataques a balazos a centros de culto y el lanzamiento de algún tipo de granada y 33 amenazas o agresiones a particulares, según el comunicado.