"Los esfuerzos deben proseguir pero con justicia. Serán esfuerzos colectivos, equitativos, repartidos", aseguró Valls, imponiendo un cambio de estilo al dejar de lado a su portavoz y anunciar él mismo el congelamiento de sueldos y jubilaciones ante la prensa a la salida de la reunión de gabinete en París.

En su intervención, Valls precisó que en los próximos tres años el Estado reducirá sus gastos en 18.000 millones de euros, recortará 11.000 millones más a las colectividades locales y 21.000 millones de euros en las prestaciones por Seguridad Social.

"No podemos vivir por encima de nuestras posibilidades", remarcó Valls, reiterando que el objetivo de este plan de austeridad para el período 2015-2017 es reducir el déficit público en línea con las metas comunes acordadas por la Unión Europea (UE).

Este ajuste, anunciado por Hollande hace cuatro meses, se suma a otro proyecto socialista denominado `Pacto de responsabilidad`, que eximirá a las empresas de aportar al Estado 30.000 millones de euros por las cargas familiares de sus empleados entre 2015 y 2017.

A cambio, las empresas deben comprometerse a crear nuevos empleos.

"Esta medidas temporarias dejarán de lado a los jubilados cuyas pensiones sean las más modestas", explicó Valls, nombrado el mes pasado luego de una dura derrota electoral del PS en coincidencia con un desplome histórico de la aprobación de la gestión de Hollande.

El premier aclaró además que el Estado solo incorporará funcionarios para la policía, la educación, la justicia y la administración penitenciaria, mientras que las ayudas sociales y los sueldos de los empleados públicos quedarán congelados hasta, al menos, octubre de 2017.

En la actualidad, ayudas sociales y sueldos públicos se actualizaban cada año al ritmo de la inflación (0,7% en 2013).

Los salarios de los estatales se encuentran congelados desde 2010, algo que los sindicatos denuncian como una pérdida del poder adquisitivo de los empleados públicos, quienes a su vez se manifestarán en todo el país el 15 de mayo contra esta medida.

Según cifras oficiales, el Estado es el principal empleador en Francia, con casi seis millones de trabajadores, lo que equivale al 22% de la masa laboral.

Entre tantos ajustes -desde su asunción hace 21 meses Hollande recortó el gasto público por más de 40.000 millones de euros e instauró impuestos por otros 25.000 millones de euros, Valls anticipó que en junio dará a conocer "un gesto para las familias más modestas".

Asimismo, el premier galo sostuvo que a principios de mayo presentará en Bruselas propuestas para sumar al programa de estabilidad de la UE, pero antes sus propuestas deberán ser ratificadas por el Parlamento, el 23 de abril por los diputados y una semana después por los senadores.

Menos de 20 días después de haber sido designado por Hollande como primer ministro en reemplazo del desacreditado Jean-Marc Ayrault, el franco español Valls, de 51 años, perdió el respaldo de numerosos diputados del ala más izquierdista del socialismo, uno de los cuales se manifestó hoy "aterrado" por los detalles del ajuste.

"Es inaceptable este nuevo ajuste, su forma y hacia dónde apunta, pero sobre todo es aterrador para el futuro de Francia y de nuestro partido", subrayó el diputado Christian Paul, quien afirmó que la bancada socialista de diputados se enteró de las medidas a través de los medios.

"Tales decisiones van a penalizar a los más desfavorecidos y aumentar las desigualdades entre los franceses", lamentó el líder del sindicato Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly, en tanto que el número uno de la CGT, Thierry Lepaon, calificó a Valls de "duro con los más débiles y débil con los más duros".

Mientras el PS busca recuperarse de la histórica derrota sufrida el 30 de marzo en las elecciones municipales, la lucha de egos y los contrapuntos dentro del partido se suceden y la posibilidad de ruptura se incrementa.

"PS cocu" (PS cornudo), tituló hoy el diario centroizquierdista Libération, en alusión a un incumplimiento, por parte de Hollande y Valls, de su promesa a las bases partidarias de poner freno a los pedidos de la UE de aplicar programas de ajuste.

Por si fuera poco, el anuncio de Valls promete aumentar el descontento de los franceses, a pocos días de la tradicional manifestación de los trabajadores por el 1° de Mayo, que promete ser multitudinaria en todo el país.