Un escándalo sacude a las fuerzas de seguridad belgas tras conocerse que varios militares y policías mantuvieron una orgía en una comisaría durante el periodo en el que Bruselas estuvo en "alerta máxima" por riesgo de atentado terrorista. Ocho soldados y dos mujeres policías son los involucrados en el escándalo que involucra a la comisaría del distrito de Ganshoren, situada a pocos minutos de Molenbeek, donde tuvieron lugar varias redadas policiales, aseguran los medios De Standaard y La Derniere Heure.

A raíz de los atentados del 13 de noviembre en París, reivindicados por el grupo islamista radical Estado Islámico (EI) que dejaron más de 130 muertos y medio millar de heridos, la amenaza de ataque terrorista pesa sobre Bélgica. En el país se organizaron, en parte, los ataques y vivía, entre otros sospechosos, uno de los presuntos autores, Salah Abdeslam.

Entre el 21 y 26 de noviembre, días en los que Bruselas estuvo en alerta máxima, la comisaría de Ganshoren sirvió de cuartel improvisado para entre 15 y 20 soldados que patrullaban la capital belga, según declaraciones de un portavoz de la policía belga que recoge el diario De Morgen. Esta misma fuente confirmó que ya hay una investigación interna para aclarar lo sucedido.

El Ejército belga ya había sufrido críticas por la conducta de los soldados durante este periodo de alerta máxima, cuando se fotografió a un militar en uniforme haciendo compras mientras patrullaba Bruselas. También recibieron críticas los reyes Felipe y Matilde de Bélgica luego de que la revista satírica Le Canard Enchainé filtrara fotos (originalmente publicadas en la red social Twitter) que los mostraba de vacaciones en un lujoso balneario, en momentos en que el Gobierno elevaba la alerta por riesgo de atentado terrorista al nivel máximo.