La policía tailandesa descubrió 32 cuerpos en varias fosas comunes, un cadáver al aire libre y un sobreviviente en un campamento en plena selva en el sur de Tailandia. Según las autoridades, se trata de inmigrantes de Birmania o de Bangladesh víctimas de traficantes.

El jefe de la policía nacional, Somyot Poompanmoung cree que son refugiados rohingyas, una minoría musulmana de la vecina Birmania y de Bangladesh entre las más perseguidas del mundo, según la ONU.

El hallazgo se produjo en un remoto campamento en la jungla tailandesa, cerca de la frontera con Malasia, que Poompanmoung describió como una "cárcel" donde los refugiados habían sido apresados en jaulas de bambú. El sobreviviente está "muy enfermo" y fue hospitalizado.

Las autoridades creen que los traficantes de personas  huyeron con los más sanos cuando temieron ser descubiertos. Miles de rohingyas, una minoría musulmana considerada apátrida, se embarcan todos los años en un peligroso viaje hacia Tailandia y Malasia para huir de la persecución y la pobreza en Birmania.

La existencia de estos campamentos en la jungla del sur de Tailandia "no es una sorpresa", lamentó el sábado la ONG Human Rights Watch (HRW).