Entretanto, y desde sus vacaciones en Masssachusetts, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciaba que sus tropas habían  quebrado el cerco yijadista del Estado Islámico (EI) sobre los refugiados yazidíes en el Norte del país en el monte Sinyar.

Al Abadi, que pertenece al partido Dawa como Al Maliki, disfruta de amplios apoyos internos e internacionales y ya había sido nominado por el presidente Fouad Massum para formar nuevo gobierno, lo que equivalía a dar por terminada la presencia de Al Maliki en el cargo de primer ministro.

El fin de la pulseada entre Al Maliki y Al Abadi quita algo de tensión política al convulsionado país asiático, golpeado por una profunda crisis institucional y por el avance del grupo islamista radical Estado Islámico (EI).

La red oficial de TV Iraqiya informó escuetamente que Al Maliki había "renunciado al puesto de primer ministro".

Posteriormente, en un discurso televisado ante la coalición Estado de Derecho, Al Maliki anunció que retiraba su candidatura al cargo de primer ministro "en favor del hermano Haidar al Abadi, el pueblo iraquí­ y como un soldado leal al servicio de Irak".

Además, aseguró no querer ningún cargo en el gobierno porque "su único puesto es la confianza del pueblo en él" y lamentó que durante los últimos dí­as haya recibido "ataques feroces" que alcanzaron acusaciones de "aferrarse" al poder.

"No voy a ser la causa del derramamiento de la sangre iraquí­", subrayó, y aclaró que desde el principio había descartado la opción de usar la fuerza durante el proceso polí­tico, excepto contra el terrorismo y los terroristas, porque de otra forma "sólo aumentará las heridas del pueblo iraquí­".

Al Maliki se había venido negando a retirar su candidatura desde que, una semana atrás, el presidente iraquí, Fouad Massoum, había solicitado a Al Abadi que formara gobierno, un virtual nombramiento como primer ministro que contó con abierto apoyo de Estados Unidos y chocaba con su ambición de un tercer período en el cargo.

Los opositores a Al Maliki buscaban apartarlo del cargo convencidos de que al monopolizar el poder y ejercer una agenda shiíta unilateral había dejado fuera del gobierno a los sunnitas de Irak y había empujado a los más disconformes a apoyar a los yijadistas del EI en su asalto al poder en el Norte del país.

Esta renuncia se produce después de casi una semana de crecientes presiones que se iniciaron en la coalición que apoyaba a Al Maliki y alcanzaron nivel internacional cuando Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y hasta su gran aliado, Irán, respaldaron a Al Abadi para que forme un gabinete "inclusivo".

Ayer mismo, Al Maliki aseguraba que no dejará el cargo y que su Gobierno "no cesará ni será reemplazado a menos que el Tribunal Supremo Federal emita una resolución que así lo ordene".

Entretanto, el presidente Barack Obama anunció que las fuerzas de Estados Unidos rompieron el cerco que el EI mantenía sobre la minoría yazidí desde hace más de una semana en el norte de Irak, y que continuarán los bombardeos sobre el país árabe, aunque por ahora la operación no contempla tropas en el terreno.-