El Parlamento iraquí aprobó hoy el programa de gobierno del nuevo primer ministro, Haidar al Abadi, y dio su visto bueno a la mayoría de ministros, pero dejó vacantes de forma provisional las carteras de Defensa e Interior, dos ministerios esenciales en este momento en que Bagdad enfrenta una insurgencia armada islamista en gran parte del oeste y del norte del país.

En una sesión retransmitida por el canal iraquí Al Iraqiya, los diputados también eligieron a los vicepresidentes del país, entre los que se destaca el primer ministro saliente, el chiita Nuri al Maliki, un hombre que gobernó el país durante ocho años y profundizó las divisiones sectarias.

Al Maliki, que en un primer momento se resistió a dejar la jefatura del gobierno tras haber ganado la primera minoría en las últimas elecciones, finalmente aceptó abandonar sus aspiraciones a continuar en el cargo y aceptó la designación de Al Abadi, elegido el 11 de agosto por el nuevo presidente del país, Fuad Masum.

Numerosas voces habían pedido su salida y la formación de un gobierno de unidad nacional ante la parálisis política y la creciente amenaza de una coalición de milicias sunnitas, cuya cara visible es el extremista Estado Islámico (EI), el grupo que en las últimas semanas decapitó en cámara a dos periodistas estadounidenses.

Los otros dos vicepresidentes elegidos fueron el anterior presidente de la Cámara, el sunnita Osama al Nuyaifi, y el antiguo primer ministro, el chiita Iyad al Alaui.

También fue designado por mayoría el chíita Hamam Hamudi como vicepresidente del Parlamento.

En cuanto al gabinete nacional, los diputados lograron finalmente llegar a un acuerdo sobre la mayoría de los ministros, aunque Al Abadi reconoció ante la prensa que no hubo consenso para ocupar los cargos de ministro de Interior y el de Defensa, dos puestos esenciales en este momento, en que la coalición de milicias insurgentes, liderada por el EI, logró un avance inédito y controla gran parte del oeste y el norte del país.

Antes de esa votación, una mayoría ajustada aprobó el programa político del nuevo gobierno, que según el premier, tendrá como prioridad ayudar a los refugiados iraquíes, acelerar la lucha contra el yihadista EI y reconstruir las viviendas dañadas por la violencia en el país.

Según informó hoy la agencia de la ONU para refugiados, más de 1,8 millones de civiles tuvieron que abandonar sus casas y huir de la violencia desde principio de año.

Además, sobre la relación con la región autónoma del Kurdistán en el norte, el premier iraquí destacó que autorizará la descentralización a nivel económico y administrativo, y "zanjará los asuntos pendientes" con el gobierno kurdo.

El nuevo primer ministro se comprometió a modernizar, sobre todo, las instituciones militares y de seguridad, y a convertir a los "voluntarios" de las milicias chiiitas que apoyan al gobierno nacional en la guerra contra los yihadistas en una fuerza militar regular.
A nivel de la política exterior, Al Abadi dijo que su gobierno se esforzará para movilizar a la comunidad internacional para que los ayude a combatir a las milicias insurgentes en el oeste y norte del país.