El atacante del embajador de Estados Unidos en Corea del Sur, Mark Lippert, fue detenido a poco de de cometer el hecho. Fue identificado como Kim Ki-jong, de unos 55 años, y portaba un cuchillo de cocina de 25 centímetros.

Lippert resultó herido en una mano y en la cara tras ser atacado durante un acto público en Seúl, pero las heridas no revisten gravedad, según señaló la policía surcoreana y el Departamento de Estado norteamericano.

El presunto agresor, que ya fue detenido, se autodefinió como activista por la reunificación con Corea del Norte.

Según los medios, el detenido protestaba contra las maniobras conjuntas que el Ejército de Estados Unidos y Corea del Sur llevan a cabo desde el lunes pasado.

El arma empleada es un cuchillo de cocina con una hoja de 25 centímetros, según indican medios surcoreanos que se remiten a la policía. En un primer momento se habló de que la agresión se había realizado con una hoja de afeitar.

El gobierno de Seúl condenó el ataque y a tráves del Ministerio del Exterior comunicó que estaba consternado por este "vergonzoso ataque" contra el embajador de Estados Unidos, uno de los principales aliados del país.

La portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, condenó este "acto de violencia". Según el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el presidente estadounidense, Barack Obama, llamo de inmediato a Lippert y le deseó una rápida recuperación.
 
Corea del Norte, por lo contrario, consideró "un merecido castigo" el ataque al embajador. El régimen de Kim Jong-un interpretó la agresión al embajador como "una muestra de la resistencia" de la sociedad surcoreana a la "crisis de guerra provocada por los ejercicios militares conjuntos" de Seúl y Washington, indicó la agencia estatal norcoreana KCNA en un comunicado.

Tras el ataque, Kim gritó proclamas contra las maniobras militares Key Resolve y Foal Eagle que los ejércitos de EE.UU. y Corea del Sur comenzaron de manera conjunta en territorio surcoreano el pasado lunes.

Cada año por estas fechas ambos países aliados realizan simulacros de respuesta a un ataque norcoreano y maniobras por tierra, mar y aire, que son duramente criticadas por Corea del Norte y grupos radicales de Corea del Sur.


Agencia DPA y EFE