El misionero español, Manuel García Viejo, que padecía ébola falleció ayer en el Complejo Hospitalario La Paz-Carlos III de Madrid en el que se encontraba ingresado desde este lunes tras haberse infectado en Sierra Leona. El fallecimiento se certificó a las 17.55 (12.55 hora argentina) después de que en las últimas horas sufriera un "empeoramiento" como consecuencia del "delicado estado de salud" que presentaba.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), a la que pertenecía García Viejo, emitió minutos más tarde un comunicado para informar del "triste" fallecimiento, enviar su "apoyo" a la familia y agradecer "todas las muestras de apoyo recibidas en estos días". El religioso, de 69 años, trabajaba como director médico del Hospital San Juan de Dios en la ciudad de Lunsar y pertenecía desde hacía 52 años a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD). Asimismo, había dedicado los últimos 30 años de su vida a trabajar en África.

Tras confirmarse que se había infectado con el virus del ébola, García Viejo manifestó su deseo de ser trasladado a España y se iniciaron los trámites para su repatriación, que se produjo en la madrugada del pasado lunes. A su llegada a España presentaba una "importante deshidratación" y una afectación hepato-renal. Tras ser ingresado, se procedió a su motorización y se le realizó una extracción de sangre para el estudio de hemograma, bioquímica y coagulación.

En los más de tres días que permaneció ingresado recibió tratamiento "de soporte", es decir, centrado en el control de los síntomas, al no haber una terapia específica para combatir el virus. Uno de los tratamientos experimentales que se desarrollaron en los últimos meses, el 'Zmapp', con el que se trató al religioso Miguel Pajares, también repatriado a España, se encuentra agotado en todo el mundo, por lo que barajan otras alternativas terapéuticas para poder tratarlo.