"Esta es una decisión para siempre. Si Escocia vota sí, el Reino Unido se dividirá y seguiremos caminos diferentes para siempre", prosiguió el premier, que volvió a alertar de que la independencia significará perder el sistema de pensiones, la libra esterlina, el ejército y el pasaporte británico, entre otras cosas.

Reunido con empresarios escoceses para promocionar la independencia, un desafiante líder nacionalista y ministro principal escocés, Alex Salmond, acusó a Cameron de alarmista y sostuvo que la próxima vez que el premier conservador visite Escocia lo hará para negociar las condiciones de la independencia.

"Cuando vuelva a Escocia no lo hará para bombardearnos con su amor ni para crear desesperadamente alarmismo en el último minuto. Tras la victoria del 'sí', lo hará para iniciar conversaciones serias pos referéndum", afirmó el líder independentista, líder del Partido Nacional Escocés (SNP).

Cameron, que ha anunciado que pasará la jornada del plebiscito trabajando en su despacho oficial de Downing Street en Londres, afronta la recta final de la campaña que dan una mínima ventaja al "no" en las encuestas y todavía cerca de un 10 por ciento de votantes indecisos.

Los líderes de los principales partidos británicos, contrarios a la escisión, han dejado el protagonismo de la campaña "Better Together" (Mejor juntos) al ex ministro laborista Alistair Darling, si bien la semana pasada se vieron obligados intensificar sus apariciones en Escocia ante el avance del independentismo.

En su discurso en Aberdeen, pronunciado bajo el lema "Sigamos juntos", Cameron volvió a recalcar el pacto al que han llegado conservadores, laboristas y liberaldemócratas para traspasar nuevas competencias en materia impositiva y servicios sociales a Escocia en 2015 si el "no" gana el referéndum.

"Con la cabeza, el corazón y el alma, queremos que se queden", dijo Cameron, para aplauso de una audiencia de varios cientos de personas formada en su mayoría por ancianos que fueron llevados en colectivo especialmente para el evento en esa ciudad portuaria, centro de la industria de extracción petrolera marítima escocesa.

"La independencia no sería una separación de prueba, sería un divorcio doloroso", siguió el jefe de gobierno, quien agregó que un triunfo del "sí" puede "acabar con el Reino Unido como lo conocemos" y dejar a todos los británicos "con un lugar distinto en el mundo y con un futuro diferente por delante".

El miércoles pasado, Cameron suspendió su comparecencia semanal ante la Cámara de los Comunes para viajar a Edimburgo, después de que un sondeo diese por primera vez la victoria del "sí" a la independencia.

El tono de su discurso de en Aberdeen fue muy similar al de la semana pasada, al insistir en las ventajas financieras de conservar el Acta de Unión de 1707, por la que Escocia está unida al Reino Unido, y pedir a los escoceses que no emitan un voto de castigo contra los conservadores que gobiernan en Londres.
Diversas encuestas publicadas el fin de semana anticipan una victoria ajustada del "no" y auguran que el resultado podría depender de un pequeño porcentaje de votos.

Los mayores de 16 años residentes en Escocia, un censo de casi 4,3 millones de personas, tendrán que contestar con un "sí" o un "no" en el referéndum del día 18 a la pregunta de si quieren que la región sea independiente.

La posibilidad de una independencia de Escocia ha desatado campañas a favor y en contra a la que se han sumado personalidades británicas, enfrentado a economistas sobre sus posibles consecuencias y repercutido más allás de las fronteras del país miembro de la Unión Europea (UE).

Estados Unidos ingresó en el debate el mes pasado manifestando indirectamente su postura favorable a que Escocia siga formando parte del Reino Unido, una preferencia que hoy reiteró.

"Nuestro interés es que el Reino Unido siga siendo fuerte, sólido, unido y un socio eficaz", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria, aunque señaló que "es una decisión que debe tomar el pueblo de Escocia".

Hoy, al estrella de fútbol inglés David Beckham expresó su respaldo a la campaña Mejor Juntos y manifestantes a favor de la unión con Escocia hicieron una marcha en la Plaza de Trafalgar, en Londres.

El apoyo al no, en tanto, recibió anoche un empujón cuando las bandas de rock escocesas Franz Ferdinand y Mogwai dieron un recital en Edimburgo, la capital escocesa, para apoyar la independencia.

Los partidarios del "no" advierten que la independencia traerá incertidumbre y pondrá en riesgo la calidad de vida.
Los independentistas dicen que una Escocia soberana será económicamente viable y rechazan las advertencias.
Los economistas también discrepan sobre las consecuencias.

El estadounidense Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, desestimó los riesgos para Escocia como "alarmistas" y argumentó que son "significativamente mayores" los peligros de que el Reino Unido tenga que abandonar la UE.

Por el contrario, su compatriota y también Nobel, Paul Krugman, columnista del diario The New York Times, dijo que los escoceses enfrentan "enormes riesgos" y deberían tener "mucho miedo" a la independencia.