Corea del Norte y Corea del Sur continuaron hoy por tercer día consecutivo las negociaciones en la Aldea de la Tregua de Panmunjom, ubicada en la frontera del paralelo 38, buscando una salida a la crisis militar que las envuelve, aunque sin rebajar el tono de sus amenazas mutuas y con el continuo refuerzo de sus tropas ante la posibilidad de un conflicto armado. El principal escollo en las maratónicas reuniones -que abarcaron una intensa sesión de 10 horas el pasado sábado y una ronda iniciada ayer domingo que dura ya más de 24 horas-, es que el sur exige al norte disculpas por la colocación de una mina que hirió a dos de sus soldados, mientras Pyongyang rechaza tajantemente esta posibilidad.

El estado de alerta llevó a Pyongyang a movilizar a 50 de sus aproximadamente 70 submarinos -según informó Corea del Sur-, mientras Seúl apuró el regreso de seis de sus aviones caza que se encontraban en maniobras. Si bien no trascendieron detalles sobre el contenido del encuentro, se cree que ambas partes mantienen inflexibles sus posturas sobre los principales asuntos que desencadenaron la mayor crisis militar en dos años entre los vecinos de la península coreana.

Pyongyang exige a Seúl que apague los altavoces que emiten propaganda en la frontera contra el régimen de Kim Jong-un, pero la presidenta surcoreana, Park Geun Hye, rechazó poner fin a esa campaña de propaganda a menos que Corea del Norte se disculpe. La mandataria continuó con la escalada verbal que caracterizó al conflicto desde su inicio la semana pasada y aseguró que Seúl "tomará las medidas correspondientes y continuará con las emisiones a través de altavoces".

Corea del Norte, no obstante, hasta ahora negó su implicación en el incidente de las minas y asegura que no disparó proyectil alguno, acusando a Seúl de haber inventado los hechos. Durante las negociaciones de paz, por otra parte, ambos gobiernos no dejaron de exhibir músculo militar y lanzar advertencias y amenazas al otro. Seúl y Washington están estudiando el despliegue de "activos militares estratégicos estadounidenses" en Corea del Sur, que podrían incluir un submarino con capacidad nuclear y el bombardero estratégico subsónico de largo alcance B-52 Stratofortress, equipado con potentes bombas antibúnker.