Un hombre de la localidad de Vigodarzere, al norte de Italia, fue condenado esta semana a pasar seis meses en la cárcel para recuperar la calma después de atormentar durante meses a sus vecinos con sus largas sesiones de sexo desenfrenado.

El acusado, de 42 años, fue condenado después de que 12 de sus vecinos lo denunciaran por "acoso" debido al volumen con el que gritaban su novia.

Aunque el acusado ya anunció que apelará la medida, es difícil pensar que sus vecinos se queden tranquilos.