Desde la madrugada se escucharon disparos y explosiones en el barrio de Al Sabain, donde se ubica el palacio, sin que por el momento hayan trascendido cifras oficiales de víctimas.

Una comisión convocada por el presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, para negociar un alto el fuego finalizó con el acuerdo del cese de las hostilidades por ambas partes a partir de las 16.30, aunque la tregua empezó realmente media hora más tarde de lo acordado.

En ese encuentro estuvieron presentes el ministro del Interior, el general Yalal Rowaishan, el de Defensa, el general Mahmud Subaihi, el comandante de las Fuerzas Especiales de Seguridad (pro-hutí), el general Abdulrazak al Mrona, y dos líderes hutíes, Mahdi al Mashat y Salah al Samad.

Antes, los hutíes, que controlan Sanaá y otras zonas del país desde el pasado septiembre, cortaron la céntrica calle de Al Setín, que conduce a la residencia del presidente yemení, en cuyos alrededores también se registraron enfrentamientos armados.

Un oficial de la guardia presidencial, cuyo mando depende de Hadi, señaló que los rebeldes chiitas tomaron el control de edificios cercanos al palacio presidencial y bombardearon este último, en un intento por hacerse con su control.

Estos choques escenifican las profundas divisiones que existen entre los miembros de ese movimiento y el presidente, que ayer ordenó al Ejército proteger la capital.

Tanques y vehículos blindados de las fuerzas de la guardia presidencial se hallan desplegados en torno al palacio, que es utilizado para la celebración de las reuniones del gobierno.

Hadi prefirió hoy convocar a sus consejeros políticos, entre los que se encuentran varios hutíes, en su propia residencia con el objetivo de buscar una solución política a la crisis.

Las medidas de seguridad establecidas no impidieron que un grupo armado abriera fuego contra el convoy en el que se había trasladado para participar en el encuentro el primer ministro yemení, Jaled Bahah, que salió ileso.

No están claras la autoría ni las circunstancias del ataque, que se registró en la calle de Al Zubairi, una de las arterias principales de Sanaá.

La ministra de Información, Nadia Sakaf, apuntó en su cuenta de Twitter que un convoy de los hutíes que se habían reunido con Hadi fue también objeto de intensos disparos.

Además, la portavoz advirtió de que la televisión y la agencia de noticias oficiales se encuentran en manos de los hutíes, que ya en septiembre tomaron esas sedes y otros edificios gubernamentales de la capital.

En las últimas horas se han disparado los rumores de un intento de golpe de Estado por parte de los hutíes, que el sábado aumentaron la presión hacia las autoridades secuestrando al jefe de la oficina del presidente, Ahmed Auad Mubarak.

Los hutíes, que ya se alzaron en armas en varias ocasiones entre 2004 y 2010, acusaron a Mubarak de allanar el camino para la aprobación de un nuevo texto constitucional, al que se oponen y cuyo borrador establece seis regiones en vez de las dos que ellos exigen.

Actualmente reclaman una mayor participación en el poder, un pacto contra la corrupción y la aplicación de los acuerdos firmados con las autoridades en septiembre, aunque ellos no hayan respetado el punto que exige la retirada de sus milicianos de las ciudades.

La expansión militar de los rebeldes forzó entonces a la firma de esos pactos y la formación de un nuevo gobierno en el Yemen.

Fuentes del movimiento hutí, que tiene su bastión en la provincia septentrional de Saada, explicaron que el mandatario "ha perdido" apoyo político y militar, y no descartaron la posibilidad de intentar derrocarlo si no se toman en cuenta sus reivindicaciones.