Unos 400 manifestantes tomaron la televisión estatal pakistaní, Television (PTV), después de trepar por las paredes para ingresar a sus instalaciones, reducir a los guardias de seguridad y entrar en las oficinas centrales, pero finalmente fueron desalojados por efectivos del ejército, en la capital, Islamabad. PTV emitió imágenes de los manifestantes entrando en sus instalaciones antes de que se cortara la emisión, de acuerdo con el diario local "Express Tribune".

Poco después, efectivos del Ejército desalojaron a los manifestantes de PTV, que reanudó sus emisiones. Imran Khan, al frente del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) y uno de los líderes de la protesta contra el primer ministro, negó que sus seguidores hayan participado en el asalto de la televisora.

La violencia se reanudó esta mañana en Pakistán con una marcha de los manifestantes a la residencia oficial de Sharif, tras los choques del fin de semana que causaron tres muertos y unos 500 heridos. Los manifestantes lograron derribar la valla que protege el Secretariado de Pakistán, vivienda y oficina del mandatario paquistaní, a pesar de la Policía.

Además, unos 1.200 opositores hicieron una sentada ante el Secretariado, mientras se desconoce si Sharif se encuentra en su interior. Liderados por Khan y el clérigo Tahirul Qadri, miles de personas acamparon en Islamabad las dos últimas semanas para pedir la dimisión de Sharif por corrupción y fraude electoral.

Los nuevos choques ocurren después de que el Ejército paquistaní pidió al Gobierno y a la oposición que solucionen la crisis política sin recurrir a la violencia. El jefe del Ejército paquistaní, general Rahil Sharif, mantuvo una reunión con altos mandos militares tras los enfrentamientos, en el que declararon su apoyo a la democracia y expresaron su preocupación por la situación en un comunicado.

Pero, como una advertencia, en la nota de prensa dejaron en claro que el Ejército está "comprometido a jugar su papel a la hora de garantizar la seguridad del Estado". La violencia estalló el sábado por la noche cuando los manifestantes trataron de llegar a la residencia del primer ministro de Pakistán.

Sharif, quien fue depuesto en un golpe de Estado de los militares en 1999, mantiene una difícil relación con los uniformados desde su elección por su intento de acercamiento a la India y el juicio por traición a Pervez Musharraf. La ofensiva en Waziristán del Norte contra los insurgentes que comenzó en junio y que Sharif retrasó en favor del diálogo también es una fuente de tensión.