La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, descartó hoy convocar a una Asamblea Constituyente para modificar la Carta Magna, heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

"No, no se hará de esa forma", aclaró la mandataria respecto de si éste sería el procedimiento para reformar la Constitución chilena, aprobada en un plebiscito en 1980 cuando en el país no había padrón electoral.

La mandataria, quien asumió en marzo enarbolando la promesa de una nueva Constitución, añadió que lo importante es que el proceso de reforma incluya la participación ciudadana.

"Lo importante es que no sea una discusión de unos poquitos, sino que amplia, llámese cabildos o donde la gente pueda debatir", opinó Bachelet.

Según sondeos, más de un 70 por ciento de los chilenos desea modificar la Constitución, ya que para amplios sectores privilegia el derecho de propiedad sobre los derechos sociales, entre otros temas.

La Constitución redactada en dictadura estableció además una serie de normas sobre participación política y el papel del Estado en la sociedad, que son resistidos por amplios sectores.