Jerusalén ha sufrido este martes la jornada más sangrienta desde que se inició, a comienzos de mes, una oleada de violencia en Israel y Palestina. En el llamado por los palestinos "día de la ira”, por primera vez se ha atentado con armas de fuego en la actual escalada de tensión. Al menos tres israelíes han muerto, dos en ataques de jóvenes armados, y otro pereció atropellado por un conductor árabe en la Ciudad Santa. Otros 30 israelíes resultaron heridos en un total de cuatro ataques, si se incluye el cometido por un joven palestino en la ciudad de Raanana, cerca de Tel Aviv.

Tras asegurar que Israel “no sucumbirá al terror de los cuchillos”, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha convocado esta tarde una reunión de urgencia del Gabinete de Seguridad del Gobierno para hacer frente a la escalada de la tensión, que desde el 1 de octubre se ha cobrado la vida de 31 personas: 7 israelíes y 24 palestinos, entre los que se incluyen una decena de agresores abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad en el acto. Varios ministros y dirigentes políticos han planteado como respuesta a la ola de violencia sellar con un despliegue policial los barrios del Este de Jerusalén para impedir la libertad de movimientos de los atacantes.

En un clima de inseguridad sin precedentes  desde el fin de la segunda Intifada en 2005, los accesos a Jerusalén Este permanecieron cortados durante varias horas por puestos de control improvisados montados por el Ejército. Las colas de vehículos para acceder a Ramala, la capital administrativa de Cisjordania por el paso de Qalandia, se prolongaban durante varios kilómetros. Jóvenes palestinos se manifestaban al otro lado mientras quemaban neumáticos y tiraban piedras a las patrullas policiales.



Fuente: elpais.com