El ministro de Asuntos Exteriores saudita, Adel al Jubeir, anunció este domingo la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán tras las protestas y amenazas de venganza de Teherán por la ejecución del clérigo chií Nimr al Nimr. Riad ha dado dos días de plazo a los representantes iraníes para abandonar el país. Awamiya, la localidad saudí del este del país de donde era originario el clérigo, ha sido en las últimas horas escenario de incidentes. las autoridades acusan a los chiíes de acto terrorista después de que se disparara repetidamente sobre la Polícia. Un vicil y un niño resultaron muertos.

El líder supremo iraní, Ali Jamenei, arremetió contra Arabia Saudita y auguró que habrá una "venganza divina" contra ese país. Las autoridades saudíes han dado 48 horas al personal diplomático iraní para que abandonen el país. Las protestas contra Riad no han dejado de subir de tono en Irán desde la ejecución de Al Nimr. A última hora del sábado cientos de personas asaltaron y prendieron fuego a la sede de la Embajada de Arabia Saudí en Teherán. Horas antes había sido atacado el consulado saudí en la ciudad de Mashhad, donde fueron detenidas cuatro personas.

Así las cosas, un millar de personas se manifestaron de nuevo este domingo en Teherán pidiendo a gritos la muerte de los miembros de la monarquía saudí. La calle donde se encuentra la legación diplomática en la capital iraní ha sido rebautizada con el nombre del clérigo ejecutado. El presidente iraní, Hasán Rohani, calificó la muerte del clérigo chií Nimr al Nimr de "inhumana" al tiempo que condenaba los ataques a intereses saudíes en su país. Nimr, detenido desde 2012 y condenado a muerte en 2014, fue ejecutado el mismo día que otros 46 presos a los que Riad acusó de terrorismo.

"El injusto derramamiento de la sangre de este oprimido mártir pronto tendrá consecuencias y la venganza divina caerá sobre los políticos saudíes", señaló Jamenei. Al Nimr estaba considerado como un héroe entre la minoría chií de Arabia Saudí, país en manos de la casa real de los Saud, suníes. Además de en Arabia Saudita e Irán, la tensión y los disturbios se desataron también en otros países como Bahréin, Irak, el Líbano o Yemen.