Los cadáveres se hallaron en un camión abandonado que estaba aparcado en un arcén de la autopista A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en el Estado federado de Burgenland, fronterizo con Hungría. El vehículo llamó la atención de los agentes porque llevaba varias horas aparcado en el arcén de la autopista.

El director de la policía de ese estado, Hans Peter Doskozil, había cifrado inicialmente en una rueda de prensa entre 20 y 50 el número de muertos hallados en el compartimento de carga del camión, de origen eslovaco. La policía ha lanzado una operación para dar con el conductor del vehículo, del que no se tiene ningún rastro.

"Esta tragedia nos ha conmocionado a todos", declaró la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, en una rueda de prensa en la ciudad de Eisenstadt. "Los traficantes de personas son criminales", agregó Mikl-Leitner y prometió hacer todo lo posible para dar con los responsables.