Al menos 30 muertos dejaron los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad filipinas y los rebeldes musulmanes del Frente Moro de Liberación Islámica (MILF, por sus siglas en inglés) en el sur del país, los que podrían afectar el acuerdo de paz sellado por ambas partes en marzo de 2014, tras 45 años de conflicto.

Los combates comenzaron ayer cerca de la ciudad de Mamasapano, en la sureña isla de Mindanao, cuando un grupo especial de la policía realizaba una operación de búsqueda y captura contra un insurgente malasio acusado de varios atentados con explosivos ocurridos recientemente en la región. Los efectivos filipinos entraron sin previo aviso en una de las zonas controladas por el MILF, mientras buscaban a Zulkifli Hir, un malasio miembro de los Luchadores por la Libertad Islámica del Bangsamoro (BIFF, por sus siglas en inglés), una escisión del Frente Moro en contra de los acuerdos de paz con el Gobierno de Manila.

Zulkifli Hir es un experto en explosivos, con una recompensa por su captura de 5 millones de dólares y que se cree está detrás de los recientes ataques en la zona. Durante las 12 horas que duró el fuego cruzado más de una veintena de policías perdió la vida, según declararon oficiales locales y no se descarta que se encuentren nuevos cadáveres. A pesar del histórico acuerdo de paz firmado entre el Gobierno filipino y el Frente Moro de Liberación Islámica en marzo del 2014, varios grupos rebeldes permanecen activos en el sur musulmán de Filipinas. Representantes del Gobierno y del grupo islámico iniciaron una serie de charlas informales para intentar bajar la tensión y prevenir una escalada de combates.