Al menos 40 personas murieron hoy en el noreste de Nigeria, entre ellos cinco soldados, por la explosión de una bomba en una estación de colectivos, en una semana de sangrientos ataques en el país africano atribuidos a la ofensiva del grupo extremista Boko Haram para imponer un Estado islámico.

Fuentes de seguridad y testigos dijeron que el ataque ocurrió unos 30 kilómetros al oeste de la ciudad de Mubi, en el estado de Adamawa, cerca de la frontera con Camerún y una de las zonas más afectadas por la violencia de los yihadistas.

Milicianos de Boko Haram, que lanzó una ofensiva a comienzos de año que ya causó más de 3.000 muertes, habían ocupado Mubi el 28 de octubre pasado, matando a decenas de personas y quemando casas, lo que provocó la huida de miles de residentes.

Según testigos citados por medios de prensa locales, un grupo de soldados y civiles que se unieron para luchar contra los islamistas y que lograron recuperar recientemente Mubi, patrullaban la zona cuando es produjo la explosión, en una estación de colectivos, informó la agencia de noticias Europa Press.

Si bien hasta ahora ningún grupo reivindicó el ataque, las sospechas recaen sobre Boko Haram, al que también se atribuye un atentado suicida cometido hace dos días en la capital del estado de Borno, que causó la muerte de al menos 35 personas y que tuvo la particularidad de que fue realizado por dos mujeres.

Mientras se producían esos ataques en Maiduguri, un grupo de combatientes de Boko Haram atacó dos ciudades del mismo estado, Damasak y Ashigarchi, y mató al menos a 50 residentes.

Los estados norteños de Borno, Yobe y Adamawa, las zonas más golpeada por Boko Haram, se encontraban en estado de emergencia hasta la semana pasada, cuando el Parlamento nigeriano decidió no prolongar esta medida que en los últimos 18 meses no logró frenar la violencia de la milicia islamista.

Boko Haram, que mantiene de rehenes a más de 200 chicas secuestradas en abril pasado en la norteña ciudad de Chibok, en Borno, mató a 12.000 personas e hirió a otras 8.000 en los últimos cinco años, según las autoridades nigerianas.

El secuestro de las chicas causó indignación a nivel internacional y propició una campaña a favor de su liberación con gran presencia en las redes sociales y bajo el lema "Bring Back Our Girls" (Devuelvan A Nuestras Chicas).

Hasta la primera dama estadounidense, Michelle Obama, y los actores Sean Penn, Ashton Kutcher y Jessica Biel se fotografiaron con éste y otros carteles como "Real men don't buy girls" ("Los hombres de verdad no compran niñas"), y la red social respondió masivamente a su propuesta.

Si bien la campaña alcanzó un éxito superlativo, hoy, a siete meses del secuestro masivo, perdió fuerza.

En octubre pasado, el gobierno del presidente Goodluck Jonathan anunció públicamente que había llegado a un acuerdo de paz con Boko Haram, pacto que incluía la liberación de las chicas, pero que fue desmentido por el líder del grupo islamista, Abubakar Shekau.

Poco después, el Ejército aseguró que Shekau había sido abatido en una operación militar.

Sin embargo, el líder islamista grabó y difundió un video confirmando que estaba vivo y asegurando que "el asunto" de las chicas "ya estaba olvidado" porque habían sido casadas.

Pese a que los hechos desmienten el acuerdo de alto el fuego y liberación de las chicas secuestradas, y que como consecuencia la indignación entre la población aumenta, el presidente nigeriano anunció este mes que buscará su reelección en los comicios generales de febrero próximo.