Tras lanzar una última advertencia a los manifestantes que se resistieron a abandonar la calle en la que las autoridades trataban de ejecutar una orden judicial de desalojo, la Policía provista de escudos y cascos empujó a los manifestantes fuera de las zonas ocupadas mientras muchos de los concentrados se resistían.

La llegada de agentes antidisturbios que se se sumaron a los cientos de policías en una nueva operación en la que llevaron a cabo nuevas detenciones acusando a los concentrados de participar en "reuniones ilegales", colaboró para aumentar la tensión, que en las primeras horas de la noche mantiene en vilo a la zona.

La operación comenzó a primera hora de esta mañana y en un primer momento, los manifestantes no opusieron resistencia física a la operación pero sí profirieron consignas de "queremos sufragio universal".

Yvvone Lleung, una de las líderes de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, organización que hizo de interlocutora oficial con el Gobierno durante las protestas, retó a la Policía a que justificara su participación en el desalojo del área asignada bajo orden judicial.

La retirada de hoy obedece a una orden judicial del Tribunal Superior de Hong Kong, que autorizó la asistencia de la Policía para eliminar los obstáculos en una de las calles tomadas por los manifestantes en el populoso barrio, tras una demanda interpuesta por dos agrupaciones de taxistas y una empresa de autobuses, que alegaron que sus negocios estaban sufriendo por la interrupción del tráfico en la zona.

Se trata de la segunda intervención judicial llevada a cabo para desalojar a los manifestantes de las tres zonas de protestas -Admiralty, Causeway Bay y Mong Kok-, en las que permanecen desde hace casi dos meses.

El pasado 18 de noviembre, agentes judiciales procedieron a la eliminación de barricadas en un pequeña zona del área de Admiralty, donde se asienta el campamento principal de las protestas.

La operación de Mong Kok, considerada de alto riesgo, prevé desarrollarse a lo largo de toda la semana, con la eliminación de más barricadas instaladas en distintas calles del barrio.

Para mañana, la Policía tiene previsto desmantelar la zona ocupada de la calle Nathan, donde cientos de tiendas de campaña se extienden en un tramo de más de medio kilómetro de esta calle, una de las arterias de tráfico más importantes de la península de Kowloon.

El conflicto comenzó en julio último cuando cientos de miles de personas se manifestaron en sus calles exigiendo al gobierno autónomo de Hong Kong mayores libertades democráticas para el territorio, que durante un siglo fue colonia británica, y menos intervención del Gobierno de China en sus asuntos internos.

El 31 de agosto pasado China aceptó el principio de que el próximo líder de Hong Kong fuera elegido por sufragio universal en 2017, aunque limitó el número de posibles candidatos a dos o tres que deberían tener previamente el visto bueno de Beijing.

A partir de ese momento miles de manifestantes vestidos con ropas de color negro, especialmente estudiantes, recorrieron las calles de Hong Kong para pedir democracia y en protesta contra de la decisión del gobierno chino, que derivó en huelgas y ocupación de calles y avenidas del centro financiero de la ciudad, con carpas y vallas que entorpecieron el tránsito.