Cientos de argentinos tuvieron que cruzar el charco para ver a Paul McCartney, quien tocó ayer en Uruguay. Esta vez, extrañamente, la gira no incluyó como destino Buenos Aires. Fue a las 20.30 cuando el músico salió al escenario de un estadio Centenario colmado, donde realizó un show de casi tres horas y tocó todos sus éxitos, incluyendo los temas de The Beatles, Wings y la etapa solista, coronada con su nuevo álbum, New. El marco fue imponente: se usaron para este show 650 metros cuadrados de pantallas LED, 400 luces móviles y 150 parlantes.

McCartney llegó a Montevideo el viernes pasado y se hospedó en el Hotel Sofitel. El séquito que lo acompañó en el mismo edificio fue de treinta personas, incluyendo músicos y su esposa, Nancy Shevell, con quien se alojó en la habitación Imperial. A diferencia de otros músicos, los requerimientos de McCartney para su estadía fueron sencillos y la única rareza consistió en respetar el menú vegano que él consume. Unos 200 fanáticos lo esperaron durante horas frente al hotel en la tarde del viernes.