"Con el paso del tiempo fui aprendiendo que las canciones no deben tener clichés y en mis discos anteriores cuando escuchabas una balada, que de por sí suelen ser super remanidas, le sumaba una orquesta atrás, eran el colmo de lo barroco, lo cursi, y yo he pecado mucho de eso", confesó Alborán en diálogo con Télam.

Visiblemente cansado luego de un raíd realizado el día anterior que incluyó un "meet and greet" con sus fanáticas y un concierto en el Hipódromo de Palermo, el joven músico de 25 años y ya cinco de carrera advierte que para este nuevo material apostó a la fórmula símil slogan "menos es más".

"Entendí que lo importante es perseguir la emoción en las canciones. 'Terral' es un disco que tenía muchas ganas de hacer, motorizado por cambios personales, empecé mi carrera a los 21 y me dejaba llevar más por el resto", contó quien fuera convocado por el mismísimo Joan Manuel Serrat a participar de su disco por los 50 años de carrera.

Es que su historia temprana con la música data de cuando tenía once años, edad en la que asumía tímidamente y con miedo de defraudar a su madre, que prefería tocar la guitarra a ir al colegio a estudiar.

Y sólo diez años más tarde, al filo de unos novísimos 21, editaba su primer disco, que lleva su nombre y con el que entró directo al primer puesto de las listas oficiales de ventas en España.

El resto, aunque reciente, es historia pasada: canciones, álbumes, giras, fanáticas, conciertos, 26 discos de platino en España, siete en Portugal y una carrera que se asoma tímida pero pujante de este lado del Atlántico.

"Más que al trabajo, me he dedicado al aprendizaje. Siendo tan joven, he vivido con un miedo constante a defraudar. Y ahora quiero seguir haciendo las cosas bien, que no se me suba nada a la cabeza", admite mientras apura embriagado una factura plagada de dulce de leche.

Por eso, este nuevo material es el reflejo de una búsqueda personal muy intensa por parte de Alborán; de una necesidad de salirse de la vorágine que arrastra el éxito y parar: "Volví a Málaga, retomé canciones que tenía guardadas y me dediqué a componer".

"Llegó un momento en el que pensé que si no vivía, no podría componer. Sin vivencias no tendría nada que contar y decidí entonces que tenía que volver a vivir porque había dejado de ir al cine, de ir a la compra, porque era muy difícil", contó.

Y el resultado fue "Terral", un disco que intenta transmitir esa experiencia: "Un álbum muy positivo y con poco drama", según él mismo define.

Sin embargo, por más atípica que resulte su vida, Alborán es consciente de que su carrera, sus objetivos, su poesía, fluctúan al vertiginoso y cambiante ritmo de su edad: "Soy muy crítico conmigo y, de hecho, con los temas que rescato casi siempre tengo que cambiar la letra porque a los 12 o 16 años no sabes hablar más que de la luna o el sol".

"Sigo siendo yo, sigue siendo mi voz pero fui transformándome, cambiando, captando distintas influencias. He viajado mucho más y en el disco se perciben tonos del fado, el tango, el flamenco, sonidos americanos, latinos", describe el cantante sobre los colores de su música actual.

"Y, sobre todo, ahora me siento más despojado. Quizás porque me sentía más cómodo abusando de la superproducción y ahora me he desnudado de casi todo y eso se traduce en un álbum y una carrera más simple", concluyó.

Pablo Alborán regresará a principios de 2015 a la Argentina para presentar su disco "Terral" los días 20 de marzo en el Espacio Quality (Córdoba); 21 en el Estadio Luna Park(Capital Federal) y el 26 en el Casino City Center (Rosario).