El anuncio se realizó en una reunión con la prensa que se desarrolló anoche en San Telmo, ocasión en la que se informó que el filme tendrá su estreno oficial en en 2016, en coincidencia con el vigésimo aniversario de la muerte de la cantante bailantera.

Oreiro, que además de actriz es cantante, siempre admiró a Gilda, la exitosa estrella de la cumbia que en la década del 90 supo alcanzar un éxito rotundo hasta que un accidente automovilístico terminó con su vida, cuando tenía 36 años, la de su madre y su hija mayor, elevándola a la categoría de mito popular.

Míriam Alejandra Bianchi, mejor conocida por su nombre artístico Gilda, fue una cantante y compositora argentina de cumbia y música tropical, fallecida el 7 de septiembre de 1996 en la provincia de Entre Ríos, autora de temas muy exitosos, como "No me arrepiento de este amor".

Precisamente, le reunión sirvió a la actriz, ganadora de dos Cóndor de Plata por sus trabajos en "Infancia clandestina" y este año por "Wakolda", para interpretar ese tema emblemático acompañada por Leo García, prólogo a la charla con la prensa que compartió con Muñoz, Avila y Maxi Dubois, otro de los productores del filme.

En las exposiciones, todos coincidieron en que la idea no es caer en una imitación de la auténtica protagonista de la historia ni un catálogo de canciones, sino versionar la curiosa vida de esta maestra que a pesar de la resistencia de su familia, siguió el camino de la música, rompiendo con la imagen habitual de la mujer en ese universo.

Oreiro habló de su respeto y admiración por Gilda, y aseguró que "siempre me sentí identificada con ella y con la capacidad como para poder interpretarla en el cine". Y agregó que "si no soy yo, quién podría ser como ella en la pantalla", y que varias veces le propusieron guiones ad hoc que nunca la convencieron.

Avila, socio, al igual que Dubois, de la cineasta en la productora Habitación 1520, dirigió a Oreiro en "Infancia clandestina", en la que interpretó a la madre del director, integrante de Montoneros, desaparecida durante la dictadura cívico-militar, y desde entonces se estableció un importante vínculo entre ellos.

La misma productora elabora un ambicioso proyecto que involucra a la actriz, otra biografía, pero en este caso de Juana Azurduy, una patriota del Alto Perú que acompañó a su esposo Manuel Ascencio Padilla en las luchas por la emancipación americana contra el reino de España.

"No suelo ir a bailar, pero vieron en 'Solamente vos' que la cumbia me encanta, me gusta escucharla, me transmite muchísima energía", dijo la actriz que hace años acaricia la idea de componer a la cantante que supo mover multitudes y generó uno de los más interesantes fenómenos de la música popular de las últimas décadas.

Entusiasmadísima con el proyecto, que implicó conseguir la autorización para el uso de la historia, Oreiro tiró algunas pistas de cómo piensa enfrentar la producción y el personaje, con tantas aristas y un recorrido por diferentes ámbitos en los que logró convertirse en un éxito.

"No sé qué diferencia hay entre cantar en una bailanta o en el Gran Rex, lo que sí sé de ella es que su fuerte eran las actuaciones en vivo, y que se conectaba de tal manera con la gente que no importaban las circunstancias, siempre entregaba el corazón, se emocionaba con sus seguidores, vivía ese momento", dijo la actriz, que en los últimos años viene encarando una intensa actividad cinematográfica apostando al cine independiente y autoral.

"Me siento identificada, además, porque he cantado en lugares muy enormes, donde quería encontrar el lugar más chiquito para escaparme y que cuando salía esa multitud desaparecía y se convertía en una misma energía. Yo empezaba a mirar los ojos de la gente y eso es algo que me sigue ocurriendo en la actualidad", confesó en la charla con la prensa.

"Cuando uno sale a un lugar donde te están esperando aparece esa energía, ese amor, ese calor, hay muchísima gente y yo quiero que el que está sentado sienta lo mismo, por eso cuando termino un show me quedo sacándome fotos en el camarín, es algo que me da satisfacción y por eso estoy ahí", destacó la actriz sobre sus propias experiencias como cantante.

Asimismo, refiriéndose al personaje del filme, destacó que "la gente que seguía a Gilda se sentía muy identificada con ella, y no importaba dónde cantara, si hay una sola persona que se emociona y engancha la misma frecuencia está todo dicho. Esa energía que se genera es parte fundamental de lo que significa el personaje de Gilda", aseguró.

La realizadora del filme, Lorena Muñoz, señaló que cuando tuvo el sí de Natalia para encarnar el papel comenzó a "escribir un guión para ella. La iba llamando, le iba contando, y lo conversamos mucho. Por momentos me pareció muy difícil pensar en Gilda sin pensar en Natalia. En toda ficción hay una construcción del guionista, que lo aleja un poco de lo real, como cuando este caso uno se enfrenta a un personaje real", aseguró Muñoz.

"Lo más importante es que no sea un guión obsecuente. Hay muchas películas que uno ve y dice: - esto es lo que yo pensaba.
"Hacer una película siendo obsecuente con algo ya conocido, deja de ser cine. No queremos mostrar una Gilda santa porque eso es lo que la gente devuelve, lo que ella da con la música. La cosa es mostrar una mujer de verdad con sus contradicciones", dijo Oreiro.

"Hicimos hincapié en eso para mostrar lo distinto. Por supuesto construir el mito, lo bella que era, lo que sucedía cuando salía a escena, pero lo que te hace decir 'esto yo no lo sabía de ella' y decir 'ahora entiendo'. Ojala lo que nos vengan a ver piensen lo mismo", remarcó la actriz.

Según Oreiro, "Gilda nunca tuvo un costado provocativo, era sexy pero cuidada, sus canciones hablan de la esperanza, del amor, de saber esperar. Y también es interesante saber lo que le pasa a su madre y a su pareja por esta decisión de dedicarse a la canción, son cuestiones que convierten al proyecto en un hecho cinematográfico".

Muñoz define el proyecto como "un musical melodramático, en el que las canciones están al servicio de la trama. Esto trabaja emocionalmente dentro de la película, y hay muchos momentos del período que va de 1990 a 1996 atravesados por recuerdos de su infancia, por la relación con su padre, y me parece que es la conjunción de las dos cosas, musical y melodrama", concluyó Oreiro.