El jueves 13 de marzo a las 20:30 horas, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires realizará en el Teatro Colón el primero de los 18 conciertos de su temporada 2014.
 
Conducirá la orquesta el maestro Ira Levin y actuará como solista la pianista argentina Karin Lechner. Integran el programa la Obertura “Fausto” de Richard Wagner (1813-1883), el Concierto Nº 1 para piano y orquesta en Sol menor, Op. 25 de Felix Mendelssohn (1809-1847) y la Sinfonía Nº 2 en Re mayor, Op. 73 de Johannes Brahms (1833-1897).
 
La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires obtuvo dos Premios Konex de Platino como la mejor orquesta argentina de las últimas dos décadas, en 1999 y en 2009. En 2013 fue distinguida con el Premio “Mejor Orquesta Sinfónica Argentina” de 2012 por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina.
 
Ira Levin nació en Chicago. En el Instituto Curtis de Filadelfia estudió piano con Jorge Bolet y dirección orquestal con Max Rudolf. Se dedica tanto al repertorio sinfónico como al operístico, del que lleva realizados 60 títulos. Fue director principal de la Ópera de Bremen, de la Deutsche Oper del Rin y de la Ópera de Kassel; también director musical y artístico de los teatros Municipal de San Pablo y Nacional de Brasil. Compositor y destacado pianista, continúa realizando recitales y conciertos. Actualmente es Principal Director Invitado de la Orquesta Estable del Teatro Colón.
 
Karin Lechner realizó su primer concierto siendo una niña. A los 13 años se presentó por primera vez en Washington y en el Concertgebouw de Amsterdam, y grabó su primer disco. Desde entonces tiene una activa carrera internacional en los centros musicales más prestigiosos del mundo. Asidua participante de importantes festivales internacionales, colabora con artistas de la talla de Martha Argerich, János Starker, Barbara Hendricks, Viktoria Mullova y Mischa Maisky en conciertos de música de cámara. Forma un dúo de pianos con su hermano, Sergio Tiempo.
 
La Obertura “Fausto” de Richard Wagner fue originalmente pensada como el primer movimiento de una sinfonía basada en el drama de Goethe. La había iniciado en 1840, pero ocupado en la composición de El holandés errante debió abandonar la idea. Entre 1843-44 la transformó en una obertura de concierto agregándole los temas de los restantes movimientos. La última revisión la hizo en 1855. El trabajo es una imagen maravillosa de la inquietud del alma, sus aspiraciones y sus luchas con el destino.
 
Felix Mendelssohn compuso entre 1830-31 su Concierto Nº 1 para piano con la intención de darse a conocer como compositor y como pianista. Para ello le otorgó al solista un rol de gran virtuosismo que nos permite inferir su notable talento también como interprete. Sin pausa se suceden los tres movimientos clásicos. Otra técnica innovadora aparece desde el comienzo: tras una brevísima introducción orquestal, el piano irrumpe con un gran despliegue técnico. Lo estrenó en Munich en 1831; luego ganó fama internacional de la mano de Franz Liszt.
  
Poco tiempo después del estreno de su Primera sinfonía Johannes Brahms compuso la Sinfonía Nº 2. Fue en 1877 durante una estadía de verano en Pörtschach, junto al lago Worth, en el estado austríaco de Carintia. En los elementos de sus obras buscaba un equilibrio entre lo espontáneo y lo racional. Para conseguirlo recurrió en la Segunda a todas las posibilidades del período clásico: las formas sonata y Lied, el minué, el scherzo al estilo beethoveniano y la variación. El estreno en Viena bajo la dirección de Hans Richter fue todo un éxito.
 
Para mayor información puede consultar en www.teatrocolon.org.ar. 
 
 
Fuente: Martín Leopoldo Díaz