“Gustavo es de las personas que más amo en el mundo y siento que en realidad no se fue, que se queda porque al tener la música para recordarlo va a estar siempre presente”, aseguró Alberti, actualmente fuera del país, en declaraciones telefónicas a un canal de televisión.

El baterista, de 51 años, había conocido a Cerati y a Zeta Bosio en 1982. Y precisamente, sobre el trío que sobrevivió a una trayectoria de proyección internacional, rupturas y reencuentros, afirmó que con la muerte de Gustavo “quedó todo pendiente y a la vez nada”.

“Todo, porque basado en lo que pasó en el regreso de 2007, Soda podía tener un futuro tan genial como su pasado; y a la vez no quedó nada pendiente porque logramos mucho más de lo que esperábamos, y lo que hicimos fue con pasión y amor a la música”, explicó el baterista notablemente conmovido.

Y añadió: “Si esto terminó acá, con la frente en alto puedo decir que fue algo magnífico, increíble e irrepetible”.

Consultado sobre los recuerdos más fuertes que se le presentaron al enterarse del fallecimiento del cantante, Alberti indicó: “Hay millones de cosas, todo fue grandioso, hasta los momentos difíciles que pasamos como personas, como amigos y como hermanos”.

“Fuimos inteligentes en el manejo de ciertas cosas -continuó- y si bien no hemos sido unos santos, supimos ponernos límites porque pensábamos en el mañana. Aunque una de las características de Gustavo era creerse irrompible”.

Y añadió: “Eterno sí es porque además es, lejos, el mejor músico argentino de los últimos 50 años”.

“Recién hablé con Zeta y fue muy doloroso para nosotros porque son muchos recuerdos, muchas cosas, crecimos juntos los tres e hicimos algo magnífico aportando lo mejor que teníamos”, indicó Alberti.

Gustavo Cerati falleció esta mañana a los 55 años de un paro respiratorio en la clínica Alcla de la ciudad de Buenos Aires, luego de haber permanecido en coma por más de cuatro años, desde que sufriera un accidente cerebro vascular isquémico en mayo de 2010 en Caracas, Venezuela.