El partido, disputado en el Polideportivo Islas Malvinas marplatense, tuvo mayor colorido en las tribunas que dentro del mismo rectángulo de juego.

El equipo conducido por Leandro Ramella se llevó el pleito con la siguiente progresión: 17-13, 39-33, 53-53 y 64-68.

Ambos equipos volverán a enfrentarse hoy , miércoles, a las 21, en otro duelo clásico de la Conferencia Sur.

Con este triunfo, el equipo 'cervecero' redujo mínimamente la distancia que el 'milrayitas' le lleva en el historial. Ahora quedó abajo 35-74, en diferentes competencias oficiales en LNB, Copa Argentina y Super 8.

El escolta estadounidense Walter Baxley resultó el goleador quilmeño, con 16 tantos, mientras que el alero rosarino Adrián Boccia fue la principal vía de ataque del último campeón de la Liga, al contribuir con 22 unidades.

El encuentro comenzó con imprecisiones de ambos lados. De hecho, la primera conversión al cesto del elenco quilmeño la aportó el norteamericano Baxley, con una bandeja, cuando se cumplían los 3 minutos de juego (2-4).

En ese contexto, Peñarol lució más concentrado y se alejó 12-7, pero el pivote Diego Romero (7 puntos) se 'fajó' bajo el tablero y Quilmes logró reducir (12-11, a falta de 2m. 07s.).

Un desperfecto en uno de los relojes de 24 segundos demoró la continuidad del juego por casi 20 minutos. En la reanudación, Boccia (5) enderezó el pleito y el campeón se llevó el primer parcial por 17-13.

En el segundo capítulo, el 'Milrayitas' ajustó las marcas, aprovechó la ineficacia del rival (muy errático Baxley, 3-8 en cancha) y pudo despegarse 26-16, cuando restaban 6m. 30s. Un triple del pibe Luca Vildoza acercó a Quilmes (23-27), a 4 minutos para el cierre.

Casi de inmediato, en la misma jugada, se lesionaron Boccia (esguince de tobillo) y Leonardo Gutiérrez (profundo corte en la cara). Peñarol logró paliar, en forma provisoria, esas disminuciones físicas con el aporte de Giorgetti (8) y se fue al descanso largo arriba (39-33), en el marco de un cotejo discreto pero celebrado con intensidad.

En la reanudación, Quilmes ensayó la reacción porque trabajó en equipo, con equilibrio en los roles de cada uno de sus jugadores. El conjunto 'cervecero' aprovechó, además, una racha favorable de Cequeira (4), Baxley (3) y Romero (4) para adelantarse por primera vez en la noche (45-44), con un doble de Ivory Clark, cuando promediaba el período y las brusquedades eran el denominador común.

Una ráfaga del base Sahdi (5), más un triple de Boccia, le dieron aire al 'milrayitas' cuando más lo necesitaba y los del 'Tulo' Rivero volvieron a situarse arriba (53-49). Pero dos libres del escolta Baxley pusieron tablas en 53, al cierre del tercer cuarto.

Los nervios empezaron a dominar la escena y el apuro se convirtió en vértigo para los dos equipos. A los 4 minutos del cuarto, Peñarol ganaba 3-1 (56-54) para dar cuenta de que la desprolijidad era moneda corriente.

Un parcial 8-0 le permitió al elenco 'cervecero' disfrutar de su máxima ventaja (64-56), cuando quedaban algo más de 3m.

El coraje de sus valores más importantes (Boccia, Gutiérrez), agregado a una buena defensa, le permitió al campeón, pese al desgaste físico, ponerse en partido nuevamente: 64-66, a falta de 1m. 06s.

Un tiro a distancia de Gutiérrez coqueteó con la red, pero la bola pegó en el soporte y salió. Allí quedó decidida la victoria de Quilmes, que aprovechó su mayor talla y festejó en el clásico marplatense.