Nueva Zelanda, el mejor equipo de los últimos 8 años, debió luchar mucho para imponerse a un equipo aguerrido que nunca paró de tacklear y le disputó la pelota en los puntos de contacto a Sudáfrica, pero terminó demostrando, pese a las dificultades que impuso la lluvia, que era muy superior.

Así, los All Blacks tendrán la posibilidad de defender el título conquistado en 2011 e irán por su tercera corona (la primera fuera de su tierra, ya que también se consagraron como locales en 1987), algo que nadie logró hasta aquí.