Leonardo Mayer obtuvo el primer festejo grande de su carrera. En una final emocionante y dramática, superó por 6-7 (3), 6-1 y 7-6 (4) al español David Ferrer (1° preclasificado) y se quedó con el Abierto de Hamburgo, que se disputó sobre polvo de ladrillo y repartió 1.322.150 de euros en premios. Además, el correntino se meterá entre los 30 mejores del mundo a partir de mañana.


En el primer set, Mayer no aprovechó las oportunidades que se le presentaron. Desperdició un arranque soñado (3-1), y el número siete del mundo reaccionó a tiempo. Entre quiebres y errores no forzados llegaron al tie break, donde el Yacaré tomó ventaja (2-0) pero no la pudo mantener. Ferrer hilvanó cuatro puntos consecutivos y volcó el desenlace a su favor: 7-6 (3), tras intensos 59 minutos.


El segundo juego fue express. Mayer mantuvo su nivel y demoró apenas 29 minutos en borrar de la cancha a Ferrer. Fue un contundente 6-1 que invitó a la ilusión. Con un revés extraordinario, y mucho temple, llevó las riendas del partido en el tercer y definitivo set. Dejó pasar dos match points y no lo liquidó. Ferrer se repuso y la historia llegó, nuevamente, al tie break. El correntino consiguió una ventaja importante (3-0), y la mantuvo hasta el final . Entonces llegó ese smash, y ese llanto contenido, tras saludar al español.


Triunfo, título y felicitaciones para Mayer, que comenzó la temporada en el 94° lugar del ranking. Que en febrero perdió la final del ATP 250 de Viña del Mar. Y que este domingo ingresó en la historia grande del tenis argentino y aportó el título número 211. Se transformó, además, en el cuarto argentino campeón en Hamburgo luego de Guillermo Vilas, Guillermo Coria y Juan Mónaco.