Maravilla, como lo bautizó el mundo del boxeo, ese que hace rato lo ungió como un gran campeón, se quedó con la estatuilla que todos quieren: el Olimpia de Oro, que, seguramente, descansará al lado del cinturón que con sudor y valentía consiguió en Las Vegas.

“Soy muy agradecido a los premios, siento que de la Argentina soy el mejor, pero Messi es de otro planeta”, destacó el campeón por Radio Continental.

Sergio Martínez está acostumbrado a balancearse entre los mejores. La distinción del Círculo de Periodistas Deportivos se movió entre esos márgenes. Durante todo el día -y toda la gala- se jugó con la incertidumbre del momento. ¿Quién se la quedaría? Acaso Lionel Messi, el hombre récord de Barcelona , con 90 goles en 2012, el que pulverizó el récord del alemán Gerd Müller. O tal vez Sebastián Crismanich, el correntino que le dio a la Argentina la única medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Londres, en taekwondo , entre golpes y volteretas. Quizá Juan Martín del Potro, la torre que les hizo frente a las potencias mundiales en cualquier superficie del tenis. No. Cada uno se llevó sus merecidos aplausos y, obviamente, el Olimpia de Plata. Sólo Maravilla Martínez, entre elogios para sus compatriotas, llegó al punto más alto.