Aymar disfruta feliz luego de lo que fue la aventura puntana en la que jugaron dos encuentros amistosos ante Nueva Zelanda y en la cual pudo vivir y disfrutar de la euforia con la que Las Leonas son recibidas en el interior y reconoció que: “deseo estar más relajada y disfrutar cada segundo porque los torneos se pasan muy rápido y es el último que jugará en mi vida".

La Leona, quien tiene en su haber ocho veces elegida como la mejor jugadora del mundo, cuatro medallas olímpicas, cinco Champions Trophy decidió ante el último torneo de su carrera se mentalizó y ya vivió de una fiesta en San Luis y ya piensa en el campeonato a jugarse en Mendoza, desde el próximo sábado.

Aunque la jugadora rosarina resaltó el trabajo del deporte a nivel federal y valoró el trabajo puntano por el desarrollo de la disciplina."Sé que están por inaugurar diez canchas, algo increíble que nunca hubiese pensado".

Ante la llegada del seleccionado argentino de hockey femenino a Mendoza luego de la fiesta en San Luis, Aymar piensa en su retiro, aunque destaca que: “Se que un legado dejé: la forma en que me tomé mi deporte, el esfuerzo y la garra que puse en estos años”.

“No me arrepiento de nada, volvería a elegir el hóckey y todo lo que hice. Pienso siempre que yo empecé a jugar a los ochos años, en Rosario, en una lonja de pasto, y nunca pensé en jugar en un gran estadio, en lograr un Mundial, una medalla olímpica o una Champions Trophy”, se sinceró.

En cuanto al trabajo del equipo argentino, encabezado por Santiago Capurro luego de los dos amistosos de preparación final, antes del debut del sábado ante Alemania, desde las 19, por la zona B insistió que tiene miedo de no ganar o no jugar bien.

“Se que me voy a enojar con los jueces o conmigo si juego mal. Pero quiero que eso dure poco. Debo aceptar y trascenderlo, porque esa inseguridad antes de cada campeonato, me llevó, de alguna forma, a hacer la carrera que hice” se sinceró la capitana y símbolo de Las Leonas.

En cuanto a los amistosos y a los análisis, Aymar indicó que “sirvieron mucho” porque les brindan el “roce para adquirir ritmo y confianza para llegar mejor al torneo”.

“Nueva Zelanda tiene un equipo muy físico, con jugadoras veloces, que ha crecido mucho”, agregó.

Por último, la capitana del conjunto albiceleste sostuvo que no llega con el tiempo de preparación necesaria para el certamen, que reúne a los ocho mejores seleccionados del mundo, pero apela a “tratar de calmar la exigencia y tomarlo todo de otra manera, que de alguna forma jugar bien o mal quede en un segundo plano”.

“Quiero estar más relajada y disfrutar de mi último torneo, no perderme ni un detalle de esta experiencia”, cerró.