El único gol del conjunto que dirige Rodolfo Arruabarrena lo convirtió el mediocampista Franco Cristaldo, a los 17 minutos del primer tiempo.

El árbitro Néstor Pitana,, expulsó en Boca a Adrián Cubas (14m.) y en River a Leonel Vangioni (27m.) y Jonathan Maidana (48m.), todos en el segundo tiempo.

Pese a que los titulares le pidieron a Arruabarrena estar presentes en el primer superclásico de 2015, el técnico de Boca optó por priorizar el encuentro del miércoles próximo con Vélez Sarsfield, que determinará cuál de los dos accederá a la fase de grupos de la Copa Libertadores.

Por el contrario, el entrenador Marcelo Gallardo dispuso en cancha lo mejor que puede ofrecer River para esta ocasión, con la intención de prolongar el invicto que se extendía desde la última derrota por 1-0, con gol de Emmanuel Gigliotti, el 6 de octubre de 2013 en el estadio Monumental.

Y el gol de Cristaldo terminó con el invicto 2014 de River sobre Boca: cuatro triunfos (dos oficiales y dos amistosos) y cuatro empates (2-2). Como plus, el "millonario" eliminó al "xeneize" en las semifinales de la Copa Sudamericana que después alzó tras vencer en la final a Atlético Nacional de Medellín.

Los primeros 45 minutos mostraron a dos equipos con actitudes bien distintas: Boca ofreció presión y entrega, con extrema dureza, y algo de juego; mientras que River lució apático, displicente, pero con un mejor fútbol, al menos desde lo conceptual.

Y en eso tuvo mucho que ver las formaciones que presentaron uno y otro técnico: las ganas de los suplentes de Boca y la llamativa pasividad de los titulares de River.

Así salió un partido friccionado, "de dientes apretados", con algunos destellos de buen juego, pero con pocas llegadas a los arcos.

Si bien Boca asumió el protagonismo, fue River el que tuvo las mejores chances en el cuarto de hora inicial, a partir de errores conceptuales de la defensa rival, bien resueltas por el arquero debutante Guillermo Sara ante Teófilo Gutiérrez (6m.) y Leonardo Pisculichi (14m.).

Pasado esos sofocones, jugadas aisladas, aunque peligrosas, el equipo de Arruabarrena se puso arriba en el marcador con un gol de Cristaldo, que tuvo una participación clave de Federico Carrizo, quien estaba en posición adelantada, a los 17 minutos de juego.

Antes y después del gol, Pitana (recibió una plaqueta previo al comienzo del encuentro por su participación en el Mundial Brasil 2014) cometió tres errores groseros: debió expulsar a Emmanuel Gigliotti y a Vangioni (lesionó nuevamente a un jugador, esta vez la víctima fue Cristian Pavón, en la Copa Sudamericana 2014 fue Juan Manuel Martínez) y sancionar un claro penal de Gabriel Mercado a Guillermo Burdisso.

El segundo tiempo tuvo un desarrollo diferente: River se adelantó, mostró una actitud distinta, creció un poco en el juego. Todo esto a partir del ingreso de Gonzalo Martínez (uno de los refuerzos) por Mercado a los 6 minutos.

De hecho el ex Huracán le dio frescura al equipo de Gallardo de mitad de cancha hacia adelante y además hizo expulsar a Cubas
(doble amarilla), a los 14 minutos.

Sin embargo otro error de Pitana perjudicó a Boca cuando no expulsó a Pisculichi por una terrible plancha sobre Claudio Pérez.
Es cierto que los dos equipos abusaron del juego brusco, pero ante la permisividad de un árbitro que otra vez no estuvo a la altura de un superclásico.

River, con uno más, arrinconó a Boca, pero no generó riesgo. Boca, con uno menos, se replegó demasiado y favoreció el juego de River.

La posterior expulsión de Vangioni, a los 27 minutos, por otra patada de atrás (esta vez a Gigliotti) emparejó, al menos desde lo numérico, el partido. Ahí creció el trabajo de la dupla de centrales de Boca: Claudio Pérez-Burdisso.

El conjunto de Gallardo decayó en su rendimiento, que estuvo muy lejos del mostrado el año pasado. Es más, Boca tuvo las más claras en los pies de Cristaldo, dos veces, y Tomás Pochettino. Y sobre el final se fue expulsado Maidana por un codazo sobre Gigliotti.

El segundo súperclásico del año se jugará el próximo sábado 31, a las 22, en el estadio "Malvinas Argentinas" de Mendoza. Y ahí Boca podrá extender su paternidad sobre River en partidos de verano: con 44 triunfos, 37 empates y 36 derrotas, sobre un total de 117 partidos.