Seis candidatos competirán por convertirse en el nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional por los próximos ocho años con la posibilidad de renovar por un periodo más de cuatro años.

Los postulantes son a suceder a Jacques Rogge son: el alemán Thomas Bach, el ucranio Serguei Bubka, el puertorriqueño Richard Carrion, el singapurense Ng Ser Miang, el suizo Denis Oswald y el taiwanés Ching-Kuo Wu.

Se estima que la puja real estará entre los vicepresidentes del COI Bach y Ng, y Carrión, director de la comisión de finanzas de la institución. Los otros tres pretendientes aparecen más rezagados en la lucha.

De los ocho presidentes que tuvo el COI siete fueron europeos, lo que alimenta las chances del alemán que dijo: "Soy atleta y estoy frente a una gran final. Siento que complete el entrenamiento, que las pruebas salieron muy bien, de manera que puedo ir confiado a la competencia".

Bach, de 59 años, fue medalla de oro en esgrima (florete) en Montreal 1976, tiene un largo recorrido en el COI, del que es uno de los cuatro vicepresidente desde 2006, mismo año en el que también asumió como presidente del Comité Olímpico Alemán.

Cuenta con el apoyo del juque de Kuwait, Ahmad Al-fahad Al-sabah, presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales. Famoso por su poder de persuasión, el árabe contribuyó a los triunfos de Tokio como sede de los JJOO 2020 y de Buenos Aires para los JJOO de la Juventud 2008.

El dirigente alemán fue involucrado en un informe sobre un supuesto programa masivo de dopaje en la Alemania occidental antes de la caída del Muro de Berlín, aunque todavía no se sabe si eso afectará su favoritismo.

"Ha habido muchos rumores en los últimos días pero no les doy importancia. Hablo con mis colegas y el resto no me interesa", explicó Bach sobre el tema.

En este contexto, su contrincante Carrión dijo que "es muy importante que el futuro presidente tenga antecedentes limpios y más importante aún que mantenga la independencia en las decisiones que deba adoptar".

El candidato portorriqueño, de 60 años, es un banquero mandamás de las finanzas del COI desde 2002 que carece de antecedentes olímpicos pero hizo buena carrera dentro del organismo gracias a su visión para los negocios.

Su principal pergamino es haber conseguido un acuerdo de 4.380 millones de dólares con la NBC para los derechos televisivos hasta el 2020 y supervisó el crecimiento de las reservas del COI de $100 millones a $900 millones.

Por su parte, Ng Ser Miang es un empresario y diplomático de Singapur de 64 años y sin méritos deportivos. Es vicepresidente del organismo desde 2009 y contaría con respaldo unánime del bloque de Asia. En 2010 presidió el Comité Organizador de los primeros Juegos de la Juventud, en su país, que resultaron un éxito.

El más laureado a nivel deportivo de los postulantes es el legendario Serguei Bubka, el más joven de todos con 49 años, tiene cuatro veces participaciones olímpicas en salto con garrocha, con una medalla de oro en los Juegos de Seúl 1988. Además fue seis veces campeón mundial y todavía poseedor de marca mundial. Es el presidente del Comité Olímpico de Ucrania, pero es percibido como muy joven para su puesto.

Ching Kuo Wu, arquitecto de 66 años, es especialmente reconocido por su lucha inclaudicable contra la corrupción y por la inclusión del boxeo femenino en los Juegos Olímpicos.

Además, de los seis candidatos es el miembro COI más antiguo, sin embargo se le reprueba su poco poder de influencia en la cúpula del ente rector del olimpismo mundial.

Por último, Denis Oswald es el que menor expectativas tiene en torno a la elección. Si bien cuenta con una extensa trayectoria como dirigente deportivo, su edad (67) le resta puntos al actual presidente de la Federación Internacional de Sociedades de Remo.

El próximo presidente de COI tendrá que comandar la institución en los Juegos de Río de Janeiro y Tokio, y enfrentará otros temas delicados como la respuesta negativa por la legislación antigay en Rusia antes de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero próximo en Sochi.

Otro de los desafíos son la lucha contra el dopaje y las apuestas ilegales; la revisión del programa deportivo olímpico, la posibilidad de que los Juegos tengan por primera vez a África como sede y la consolidación de los Juegos de la Juventud, que en 2018 se realizarán en Buenos Aires.