Racing comenzó mejor. El equipo de Diego Cocca se hizo rápidamente dueño de la pelota y empezó a inclinar la cancha. Y el gol no tardó en llegar: a los 13 de la primera parte, Diego Milito aprovechó un muy mal achique de la defensa local para abrir el marcador. El Rojo carecía de ideas y la Academia amenazaba con liquidar de contra.

Así y todo, cuando los dirigidos de Jorge Almirón no daban señales de poder torcer el rumbo, en un abrir y cerrar de ojos cambió la historia: a los 24, Sebastián Penco igualó el marcador y, a los 26, Federico Mancuello puso el 2 a 1. Por si algo faltara, Milito debió abandonar el campo de juego por una molestia muscular.

En el complemento, el que buscó fue Racing. Sin demasiadas ideas, pero con mucho orgullo, empezó a buscar el empate. Pero el Diablo lo aguantó bien y hasta de contra pudo ampliar la diferencia. No hubo tiempo para más, fue victoria para Independiente que, una vez más, vuelve a festejar ante el rival de toda la vida.

Hace 13 años que el Rojo no pierde en su cancha ante la Academia (perdió en 2004 en la de Lanús).