El empate entre San Lorenzo y Colón terminó en escándalo, por el tanto de Ariel Garcé, que fue convalidado pese a que el juez de línea había señalado offside y los jugadores (locales y visitantes) habían dado por anulada la jugada.

Con el empate consumado, plateístas de San Lorenzo insultaron y amenazaron a la terna arbitral encabezada por Diego Abal, que tuvo que demorar su salida del campo de juego por problemas con la manga.

Tras cinco minutos de espera, los referís se fueron hacia el vestuario protegidos por los escudos de los policías. Mientars tanto, la gente de la platea norte los insultaba y les anunciaba que no iban a poder salir del estadio.

Minutos después, un sector de la barrabrava del "Ciclón" bajó a la zona de vestuarios para agredir a la terna arbitral, pero la POlicía intervino y se generó una batahola.

Hinchas de San Lorenzo se enfrentaron con los agentes, que arrojaron gases lacrimógenos y los efectos se hicieron sentir en los aledaños al Nuevo Gasómetro