1.      La primera semana pida solo lo que esté absolutamente seguro de que van a cumplir, casi al nivel de solicitarles lo que harían por si mismos habitualmente.
2.      Cuando pida nunca lo haga desde la queja, sea preciso, describa los resultados que quiere y no los procedimientos (recuerde que tienen que ser los resultados que YA están logrando habitualmente y NO MÁS por el momento), y dígales para cuando los quiere. Solicítele a la persona o las personas directamente y no diga: “Habría que llamar a…” sino por ejemplo “Roberto te pido que llames a…”
3.      Durante las dos primeras semanas haga seguimiento de lo que pide. Si alguien no cumplió vuelva a pedir, dígale para cuando lo necesita y pregúntele si lo va a tener para ese día.
4.      Siempre que alguien haya cumplido haga algún comentario positivo y específico acerca de estos resultados en particular.
5.      Finalmente, y una vez que este estilo se haya instalado, luego de unos 20 días o un mes, recién puede empezar a pedirles un poquito más, pero muy poquito. Como si usted fuera el entrenador de un atleta que salta habitualmente 2,10 mts. y comienza a pedirle que salte 2,13 mts y no, en cambio, que salte 2,50 mts.