“Hay una ausencia total; la propia embajada argentina asegura que no puede hacer nada porque se trata de un conflicto interno de Bolivia”, remarcó Mari Carmen García De Ferro, una de las casi 80 argentinos que están varados en Potosí por una protesta de mineros bolivianos que lleva ya casi un mes.
 
“Estamos desde el domingo a la tarde, la situación se fue recrudeciendo y llegó a un estado límite.  Nosotros vivimos en Río Negro, también hay familias cordobesas y de Buenos Aires. Pasamos la aduana de la Quiaca, controles de peaje y policiales y nadie nos dijo lo que estaba pasando”, relató.
 
Mari Carmen contó que se encontraron con un piquete basado en el bloque de la ruta con grandes piedras. “Se organizan con cortes cada tres cuadras y Potosí tiene un diagrama muy irregular. Quedamos atrapados en barrios de suburbios con gente que, en muchos casos nos ayudaba y en otros, no. Llegamos a guiarnos con las luces de la catedral”.
 
Además, remarcó: “No había policías, era gente ofuscada con palos que, a veces, querían ingresar a las camionetas para saquear a los turistas”.
 
“Pedimos ayuda al Consulado pero el cónsul no pudo ingresar, se tuvo que volver con las provisiones porque no lo dejaron entrar. Las autoridades de Río Negro nos están ayudando muchísimo. Si se puede dar, le van a transferir dinero al Rotary Club de Potosí para tener moneda boliviana y pagarnos el hospedaje”, remarcó.