“Las circunstancias no hacen nunca pensar que fue un suicidio”, enfatizó Gustavo Perednik, escritor y filósofo, amigo de Alberto Nisman desde hace una década.
 
“Teníamos trato muy frecuente, él me ayudó con mucha información para mi libro”, relató el autor de “Matar sin que se note” sobre el trabajo del fallecido fiscal en la investigación por la voladura de la mutual judía.
 
Nisman le comentó a Perednik sobre la denuncia que luego presentó. “Me dijo varias veces que estaba esperando el momento adecuado, que el trabajo (que hacía) era a fondo y preveía que tendría consecuencias muy dramáticas en la historia del país”, señaló.
 
“Nunca lo vi armado…una sola vez me mencionó algo sobre armas, pero muy vagamente”, subrayó.
 
“Stiusso era la persona más admirada por Nisman. Lo describía como alguien con una inteligencia superior, alguien que se daba cuenta de todo, que siempre hacía la pregunta adecuada en el momento adecuado”, subrayó.
 
“Si Stiusso le dio una recomendación a Nisman de que se protegiera más de lo habitual, estoy seguro que lo cumplió a rajatabla porque él lo respetaba muchísimo. Pero la insinuación de que Stiusso pueda estar detrás del asesinato es parte de esta maniobra maléfica para desviar a toda la opinión pública; me consta que la valoración era recíproca”, remarcó Perednik.
 
Perednik se preguntó “qué relación puede tener esto con los atentados en Francia…la fantasía bordea el delirio psicopático. En Argentina, hay grupos sin escrúpulo y violentos que lo odiaban a Nisman. Gente que no hubieran tenido ningún remordimiento en participar de algo así (del asesinato)”.
 
Cristina Fernández “primero arrojó lo del suicidio, después arroja esta idiotez…Nisman fue asesinado por enemigos de Nisman. Son los enemigos de la Argentina: los mismos que generan un clima de terrorismo y perpetraron el atentado a la AMIA”.