Graciela Del Valle Reyna, que viajaba en el tren de la tragedia de Once el 22 de febrero de 2012, aseguró hoy que hasta poder abandonar ilesa el vagón en que viajaba creyó que "había sido una bomba”.

La mujer fue la primera de los ocho testigos que declararon ante el Tribunal Oral Federal, donde se juzga a los 29 acusados por el accidente donde murieron 52 personas.

La testigo no pudo precisar si viajaba en el cuarto o quinto vagón pero recordó que al entrar en la terminal “las columnas pasaban como muy rápido y de golpe volamos como seis metros”.

“Después cada uno ayudó al otro a pararse”, y cuando logró salir el tren oyó que se trataba de un choque contra los paragolpes del andén, pero que hasta ese momento “pensaba que había sido una bomba, por la explosión que se escuchó”.

Otro testigo, Eduardo Galeano, que viajaba en el primer vagón pegado a la cabina del motorman Marcos Córdoba, dijo haber escuchado que el maquinista hablaba por radio, pero no le dio importancia y tampoco supo lo que decía porque viajaba con auriculares.

El usuario, que se rompió el brazo derecho en el choque, recordó que el tren se había pasado de la punta del andén en la estación Caballito, pero le restó importancia ya que “era normal que pasara algo así”.

“Él (por el motorman Córdoba) estaba parado del lado derecho de la cabina”, recordó el testigo para asegurar que “abrió la puerta un oficial y lo sacó enseguida. Antes había habido un joven que lo había querido sacar”, señaló.