Organismos de derechos humanos, la CTA disidente y agrupaciones de izquierda realizaron un acto frente al Ministerio de Justicia para reclamar la renuncia del titular de esa cartera, Julio Alak, por haber organizado un asado de fin de año en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Estas organizaciones advirtieron que Alak "obligó a los trabajadores a participar de un acto partidario", en referencia a una actividad con la que el Ministerio cerró el año en el predio de la ex ESMA.

A través de un documento que entregaron en la sede de la cartera de Justicia, los manifestantes calificaron de "intrépidos y obsecuentes" a los funcionarios del Ministerio y advirtieron que en la ex ESMA no pueden desarrollarse "banalidades de ningún tipo, mucho menos asados y brindis".

"Nos ofende una acción tan canallesca como esta, un asado y un brindis, donde hubo tanto dolor", advirtieron.

En el acto, encabezado por el titular de la CTA, Pablo Micheli, se quejaron también de que en ese predio se realizan "carnavales, murgas, clases de cocina, maratones y recitales" y destacaron que el acto del fin de año fue "un festejo político-partidario".

Participaron del acto la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora y el Centro de Abogados por los Derechos Humanos, entre otros.

A los asistentes se sumaron los dirigentes de izquierda Jorge Altamira, Néstor Pitrola, Vilma Ripoll y el ex diputado Miguel Bonasso.

La movilización se llevó a cabo bajo la consigna "Alak, renuncia ya" frente a la sede del Ministerio, situado en Sarmiento 329, de esta capital.

La protesta se desarrolló en el marco de un importante operativo de seguridad que incluía el bloqueo con vallas de la cuadra de Sarmiento entre Reconquista y 25 de Mayo.

Este vallado provocó el malestar de los manifestantes ya que no podían acceder con facilidad a la zona donde se llevaba adelante la protesta.

En ese contexto, Altamira advirtió que "lo que ocurrió la semana pasada es la punta de un témpano" ya que "la ex ESMA es una unidad básica que utiliza para cooptación".

Además, el dirigente del Partido Obrero afirmó que "el Gobierno se arroga el monopolio de la memoria y no tiene autoridad moral para hacerlo".

"Repudiamos la transformación de la ex ESMA en una oficina pública, donde el testimonio sobre la represión dictatorial ha sido reemplazado por las fiestas, asados y muchas otras actividades oficiales y paraoficiales", afirmó.

Por su parte, Ripoll aseguró por Radio Continental  que "en vez de un museo público de la memoria, hicieron una kermese oficialista: los K hacen una utilización política lamentable de la ESMA y, además, para cualquier tipo de actividad".

"No respetan a los 30 mil compañeros", se quejó Ripoll durante el acto.