Portando gran cantidad de banderas argentinas, miles de personas marcharon por las principales vías del centro porteño hasta el Obelisco y también a la Plaza de Mayo haciendo sonar sus cacerolas, en el marco de la protesta conocida como "8N".

La principal columna de manifestantes circulaba por la Avenida Santa Fe, con diversos carteles en repudio a la gestión de la presidenta Cristina Fernández pero sin identificaciones de ningún partido político.

Las manifestaciones se repetían en las principales ciudades del país, luego del comienzo en el extranjero a partir de los diferentes husos horarios.

Los vecinos, además, se convocaron en la esquina de las avenidas Santa Fe y Callao, donde se veían familias enteras elevando pancartas. Acoyte y Rivadavia también fue otro punto de encuentro, así como Cabildo y Juramento.

En los carteles que llevaba la multitud se leían reclamos como “No a la reforma constitucional”, “+trabajo y – planes sociales = - inflación”, “no a la re-reelección”, “queremos una justicia independiente”, “sin seguridad jurídica no hay seguridad”, "basta de corrupción" y "queremos una justicia independiente”, entre otras frases destacadas.

La protesta se convirtió en una demostración masiva, ya que tuvo eco en las principales ciudades del país y el conurbano bonaerense, además de grupos que protestaron en el exterior.

En el norte de la provincia de Buenos Aires la concentración principal se ubicó sobre la Av. Maipú, frente a la Residencia de Olivos, desde donde la jefa de Estado siguió los acontecimientos por televisión.

La convocatoria tuvo réplicas también en ciudades como Mar del Plata, Mendoza, Bahía Blanca, Salta, Rosario y Córdoba.

En Tucumán la protesta fue multitudinaria. Miles de ciudadanos de esa provincia norteña marcharon a la plaza Independencia, donde sonaron cacerolas y se exhibieron carteles con diferentes reclamos.

En el exterior, más temprano, manifestantes protestaron en Sidney, Australia, así como también hubo movilizaciones en embajadas y consulados argentinos de Roma, Milán, Londres, Madrid, Austria, las Islas Canarias, Azeibaiján y Canadá.

En algunos puntos de la Capital Federal hubo focos de conflictos aislados por algunas manifestaciones de simpatizantes de la gestión kirhnerista: una se registró en la intersección de Acoyte y Rivadavia, en Caballito, donde un ciudadano gritó “aguante Cristina” y fue golpeado entre tres manifestantes.

Inseguridad, inflación y la oposición a una posible re-relección fueron los principales reclamos que motivaron la protesta de ciudadanos, horas después de que Cristina Fernández afirmara que no piensa “aflojar” y a menos de un mes de la última manifestación también convocada por redes sociales.

Algo similar ocurrió en la intersección de las avenidas Nazca y Rivadavia, en Flores, donde un automovilista frenó y emitió la misma frase, que tuvo como respuesta tres piedrazos que le rompieron los vidrios y el capó del rodado.

En tanto, cientros de productores agropecuarios participaron de la movilización ‘8N’, tal como lo habían advertido dirigentes del sector, algunos de los cuales se manifestaron en sus provincias.

Tal fue el caso de Carlos Garetto, titular de Coninagro, quien debió trasladarse a Córdoba, donde reside. Allí, gauchos a caballo se sumaron a la protesta en la mismísima capital provincial.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, se hizo presente en la concentración de la ciudad de Corrientes.

Desde muy temprano por las redes sociales, ganaderos, tamberos, agricultores confirmaban que asistirían y los motivos de su protesta apuntaban especialmente a la AFIP.

Para esta jornada de protesta, la Policía Federal organizó un operativo especial con apenas 400 efectivos para las inmediaciones del Obelisco, la Plaza de Mayo y sectores de la Recoleta, mientras que en el resto de la ciudad se manejó "como en un día normal".