El cura villero Pepe Di Paola convocó este miércoles a la Iglesia argentina a “acompañar y hacerse cargo del sufrimiento que rodea al consumo problemático de alcohol y drogas”, y afirmó que “un buen club, una buena escuela y una buena parroquia pueden ayudar a cambiar la vida de un pibe”.
 
Di Paola encabezó un encuentro en la Villa 31 del barrio porteño de Retiro y estuvo acompañado por monseñor Mario Poli y monseñor Jorge Lozano.
 
“Fue muy conmovedor, había familias enteras, también varios sacerdotes provenientes desde diócesis del interior del país. La idea es ver qué es lo que estamos haciendo y profundizar las acciones y reforzar nuestro compromiso en el acompañamiento del sufrimiento” de las personas que padecen este tipo de adicciones, sostuvo Lozano en Bravo.Continetnal.
 
“Hay dos realidades: se afianzan las mafias del crimen organizado y pretenden suplir la presencia del Estado; por otro lado, nos preocupa el incremento del consumo de drogas y alcohol, lo que nos muestra una falla en los valores y las motivaciones para la vida”, remarcó.
 
“Los que están metidos en el narco-negocio no son bebés de pecho; hay una decisión y convicción de hacer el mal” por parte de ellos, dijo Lozano, quien reclamó que el tema “no deje de estar en la agenda pública”.