El secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni, el juez federal Ariel Lijo, el camarista federal Claudio Gutiérrez de la Cárcova y el defensor del pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor,disertaron esta mañana en el marco del simposio sobre "Cómo prevenir el avance del narcotráfico" organizado por un grupo de 24 universidades privadas y dos academias nacionales en el Teatro Santa María.
 
Amor fue el encargado de abrir el panel, señalando que el primer punto a tener en cuenta para combartir el avance del nacotráfico es la definición de lo que llamó "una cultura clara" que termine con el "relativismo". "Resulta simple en los medios encontrar noticias sobre el allanamiento en la manzana 29 de la Villa 20 cuando fueron detenidos dos ciudadanos paraguayos por la producción de paco y la venta en la villa. O en la 1-11-14, donde fueron apresados ciudadanos peruanos. Pero ¿es ese el lugar central del combate al narcotráfico? ¿Es esa la lógica del combate al narcotráfico", se preguntó, y advirtió sobre el peligro de las políticas de mano dura.
 
Lijo consideró que el combate contra el narcotráfico "parece inabordable" porque la Justicia no tiene los recursos suficientes. Para el magistrado, se deben "redefinir los recursos para generar investigaciones más largas que apunten contra las organizaciones criminales". "Hay que hacer daño en la cuestión financiera porque el fenómeno del narcotráfico es la hora cumbre del capitalismo: no tributa, tiene delitos colaterales que son lucrativos, mano de obra barata y prescindible", afirmó.
 
Además, Lijo señaló que el fenómeno debe ser abordado como "una organización criminal", y no como una "persecución indefinida de venta o consumo en los barrios", si bien reconoció que la venta al menudeo genera "inseguridad". Además, comparó la intervención de la Justicia en los casos de narcotráfico con lo que sucede en casos de trata de personas: "El problema es que uno no tiene nada para ofrecerles a las víctimas", explicó. "El único daño que se les hace a las organizaciones criminales es el económico", sostuvo.
 
En el mismo sentido, el camarista Gutiérrez de la Cárcova señaló la importancia de combatir el lavado de activos –su tribunal es el responsable de las únicas dos sentencias por lavado existentes en Argentina–. Además, advirtió por el "comienzo del sicariato" y sobre los riesgos de legalizar el consumo sin tener las herramientas necesarias para prevenir las adicciones.
 
Berni afirmó que gracias al "control territorial" llevado a cabo por las fuerzas de seguridad "hemos impedido el afincamiento, la radicación, de las bandas transnacionales, de los cárteles". "¿O alguien puede decir que en Argentina está tal cual un cártel de Colombia o de México? Nadie lo puede decir", se preguntó Berni, para quien el país "no es productor de cocaína, ya que no cuenta con el clima, altitud ni amplitud térmica" necesarias para el cultivo de coca, y la elaboración sintética de cocaína "no es redituable, ya que hay un gran control sobre precursores químicos necesarios para cocinarla".
 
El secretario consideró caduco el modelo de "guerra contra el narcotráfico" –declarada por Richard Nixon en 1971–, al que comparó con la prohibición del alcohol en la década de 1920 en los EEUU. "Por todos los mismos artilugios que hoy censuramos la droga, EEUU allá por el año 20 censuró el alcohol", aseguró. Para Berni, la prohibición del consumo de cocaína y marihuana continuó –a diferencia de lo que sucedió con el alcohol, que fue legalizado– por motivos raciales: la cocaína era consumida por afroamericanos, mientras que la marihuana era más consumida por mexicanos y los opiáceos por chinos. "Pasaron 40 años y hoy vemos que en el mundo la droga lejos de disminuir ha aumentado. Pero con una diferencia de aquellos años 70: hoy la droga es más barata y de mejor calidad". "¿Qué ha pasado después de estos 40 años? Se estima que unos 250 millones de personas consumen drogas en el mundo. Un negocio difícil de imaginar: mueve más de 300 mil billones de dólares", sostuvo.
 
En ese sentido, el funcionario dijo estar "convencido de que este modelo de persecución es un fracaso en todo el mundo", y propuso "generar los ámbitos de discusión necesaria para cambiar los paradigmas de lucha contra el narcotráfico".
 
"El punto más importante de la prevención es el control político de las fuerzas de seguridad. Es el talón de Aquiles de la lucha contra el narcotráfico", afirmó Berni, y agregó, que control político "es la contracara de la autogestión de la policía. Cuando hay autogestión de la policía -dijo, citando el caso de la provincia de Santa Fe- sabemos que siempre hay regulación del delito por parte de la policía".
 
El mayor desafío hacia el futuro en la lucha contra el narcotráfico son las drogas sintéticas, explicó, porque tienen menos costos operativos, no se necesitan grandes cultivos ni muchos precursores químicos para desarrollarlas. "El problema es que todos los días se cambia la estructura molecular y lo que hoy es una droga ilegal, se cambia la estructura molecular y pasa a ser legal, o por lo menos no está en la lista de actualización de estupefacientes que la policía está obligada a perseguir", concluyó.