El informático Diego Lagomarsino, de 38 años, único imputado en la investigación sobre la muerte de Alberto Nisman, le dio una entrevista al diario español El País en la que afirmó que no sabe por qué en el arma con la que se efectuó el disparo que mató al fiscal no estaban sus huellas dactilares, siendo que la pistola calibre .22 era de su propiedad y él mismo se la había dado a Nisman el día anterior. "Deberían estar mis huellas", afirmó.

Sobre por qué tenía un arma, Lagomarsino relató que la heredó en 2002. "Vino por medio de un familiar y yo quería comenzar a tirar. La realidad es que la usé dos veces en esa época y estaba en desuso", dijo a El País.

Acerca de su relación con Nisman, Lagomarsino contó que lo conoció "a través de un amigo común" porque el fiscal "tenía un problema en su computadora personal". "Quedamos ligados a través de una relación comercial", aseguró. 

Al respecto, negó que tuviera una relación homosexual con Nisman: "Confirmo que no", dijo. "Uno, cuando tiene una relación de tanto tiempo, no es un amigo ni tampoco es un jefe", consideró. Se mostró molesto por la alusión a una relación homosexual por sus hijos y las de Nisman. "Lo que a mí me molesta de eso es que en el medio hay otras personas. Mis hijos son muy chiquitos, pero Alberto tiene una hija más grande". 

Según el informático, Nisman era "el toro de Wall Street de Nueva York vivo". "Era un tipo con cojones", expresó. 
 Lagomarsino relató cómo fueron los días posteriores a la muerte de Nisman y aseguró que esperaba "una señal" sobre qué pasó en el departamento del fiscal. "Recuerdo una noche que estuve mucho tiempo sin dormir, que me acostaba y me quedaba mirando el techo. Estuve así unos 10 o 15 días. Y una noche dije: 'Alberto: si podés, aparecete y decime qué pasó'. Yo creo mucho en las señales. Pero no hubo señal".

Asimismo, dijo que considera las tres hipótesis que se trabajan: suicidio, suicidio inducido y asesinato. "Siempre pienso en las tres. Y todas se me mezclan", aseguró.