“Estamos asistiendo a un grado de degradación democrática importante. La muerte de Nisman puso al descubierto una debilidad institucional alarmante y la absoluta ineficacia estatal. Parece que el Estado ya no puede cumplir sus funciones básicas y los servicios de Inteligencia se transformaron en un pozo de mafia que sirve o no a los gobiernos y se maneja según sus propios intereses. Todo esto quedó al desnudo, la desconfianza y el temor son generalizados”, resumió el ex integrante del juicio a las Juntas y ex legislador, Ricardo Gil Lavedra.
 
“La situación es delicada; hace falta recrear las bases mínimas de la convivencia empezando por el estado de derecho. Parece extraviada la senda democrática que comenzamos en 1983”, agregó en Bravo.Continental.
 
Asímismo, consideró que “los líderes de la oposición no toman conciencia de lo delicado de esta situación”.
 
“Terminar con la impunidad en la Argentina es un imperativo”, enfatizó y dijo: “Lo veo a todo el gobierno sin rumbo, la propia presidenta cambia su opinión con el transcurso de las horas. Y en un gobierno tan personalista, todos sus funcionarios repiten como loros”.