“El conflicto se solucionó, el paro se levantó inmediatamente después de haberse firmado el acuerdo”, explicó la esposa de uno de los policías acuartelados en la Ciudad de Córdoba.

“El 18 de noviembre un grupo de familiares nos hicimos presentes en la Jefatura porque pedíamos un sueldo digno, ART, uniforme…entregamos un petitorio y nunca nos contestaron. Seguimos con las marchas”, relató Adriana Rearte.

“No queríamos arriesgar a las personas que estaban en actividad pero la situación no daba para más”, agregó.

“El sueldo básico de un policía iba de 2.200 pesos a 6.400”, recordó.

“Los uniformes tienen un desgaste permanente, gastás entre dos o tres por año”, contó. También, dijo, “se compran las balas” por cuenta del uniformado.

“No son saqueos, son delincuentes comunes que aprovecharon la ocasión. Fue muy acongojante para nosotros que no arreglaran el acuerdo”, señaló.

También esbozó duras críticas hacia el gobernador José Manuel De la Sota. “Nuestra esperanza era que llegara de Panamá y diera la orden de firmar el petitorio de inmediato. Pero llegó con demasiados humos y soberbia; dijo ‘acá no hay aumento para nadie’. No puso paños fríos sino que enardeció los ánimos de la gente”, subrayó.