La presidente Cristina Kirchner llegó al aeropuerto internacional Pulkovo cerca de las 8 -hora argentina- donde fue recibida por Juan Carlos Kreckler, embajador en la Federación Rusa; y Cecilia Nahón, embajadora en Estados Unidos. Durante la visita, concurrirá al histórico Palacio Constantino, sitio en el que se alojan todos los mandatarios asistentes a la cumbre del G20 y donde se llevarán a cabo las deliberaciones y las reuniones bilaterales.

En diálogo con la televisión pública, la jefa de Estado advirtió que Argentina va a plantear en la alta cumbre internacional la disputa con los holdouts. "Nosotros vamos a tratar el tema de los fondos buitre pese a que hubo aparentemente una negativa de EEUU a que no se mencionara en el documento final”, indicó, y aclaró que la cuestión "la tenemos que plantear porque no es sólo por nosotros, sino por el resto del mundo", luego de referirse a las reestructuraciones de deuda contraídas por países europeos en crisis, como España, Portugual y Grecia.

"Vamos a plantear la deuda como un severo condicionante del crecimiento, y haremos mucho hincapié en la generación de empleo, en la producción e inversión, los únicos elementos que van a sacar adelante la economía global", amplió.

Sobre suelo ruso, reiteró su posición en contra de una intervención militar externa en Siria, al afirmar que "nadie quiere guerra". "No creemos que a las muertes se las solucione con más muertes, es de una inconsistencia total", y pidió discutir "civilizadamente, sin posiciones ideologizadas" acerca de la guerra civil de ese país.

"La muerte no tiene ideología. Los seres humanos mueren cualquiera sea su pensamiento, religión y credo producto de guerras injustas por cuestiones de poder. Son cuestiones que tenemos que tratar con los líderes", subrayó.

Hoja de ruta

La mandataria partió ayer hacia San Petersburgo, Rusia, donde se reunirá con el mandatario anfitrión, Vladimir Putin, y sus pares de China, India, Sudáfrica y Japón, con la pulseada contra los acreedores de bonos en default en la agenda prioritaria de la mandataria.

La jefa de Estado partió ayer hacia San Petersburgo, Rusia, donde se reunirá con el mandatario anfitrión, Vladimir Putin, y sus pares de China, India, Sudáfrica y Japón, con la pulseada contra los acreedores de bonos en default en la agenda prioritaria de la mandataria.

La estadía de Cristina Kirchner no prevé, en principio, un encuentro con su par norteamericano, Barack Obama, de quien la Argentina espera un respaldo explícito en ese litigio, que se sustancia en tribunales estadounidenses.

En cambio, sí solicitaría apoyo en sus audiencias con mandatarios de países que integran el grupo BRICS, indicaron fuentes diplomáticas a la agencia Noticias Argentinas, quienes precisaron que junto a la Presidente viajan dos actores importantes en ese proceso como el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; y la embajadora en Estados Unidos, Cecilia Nahón.

La cargada agenda de trabajo que desplegará la mandataria argentina en Rusia incluye además un encuentro con Roberto Azevedo, nuevo director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), confirmó oficialmente el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.

Parrilli también informó que el canciller Héctor Timerman mantendrá reuniones de trabajo con su colega de Corea del Sur y también con el de Turquía (Ahmet Davutoglu), pocos días antes de que en Buenos Aires el Comité Olímpico internacional (COI) elija a la nueva sede de los Juegos Olímpicos que tiene a Estambul entre las tres finalistas.

Otro de los temas que dominará la cumbre será la situación en Siria, en medio del pedido de Obama al Congreso de su país para que autorice una intervención militar. Más allá de los asuntos económicos puntuales del G-20, la mandataria podría cerrar un acuerdo de inversión con Gazprom, compañía rusa productora de gas, según habría surgido de la reciente visita que hizo al país el ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Sergey Lavrov.

Además, durante las deliberaciones en los plenarios, que se desarrollarán entre el jueves y el viernes, los jefes de Estado podrían realizar un pronunciamiento sobre la crítica situación de Siria y, en ese sentido, Rusia y Argentina ya han expresado su "profunda preocupación por la escalada de violencia que agrava la situación" en ese país asiático y se pronunciaron en "contra de la militarización del conflicto".