Un taller clandestino fue desmantelado este viernes en el barrio porteño de Flores, donde trabajaban en condiciones de ilegalidad 20 personas, entre las cuales había un menor de edad.

La Fiscalía de la Ciudad informó que se trata del cuarto taller clandestino encontrado en sólo dos semanas en el barrio de Flores y advirtió la necesidad de desmantelar su operatoria.

"Los talleres clandestinos representan no sólo un perjuicio para la industria y el comercio de los vecinos porteños, sino también un riesgo para la integridad física de sus trabajadores", dijo el fiscal general de la Ciudad, Martín Ocampo.

Días pasados se allanaron casas en las calles Manco Capac 1438, Pergamino 1645 y Felipe Vallese 3057, donde funcionaban talleres textiles clandestinos.

Esta vez, los agentes de la Fiscalía de la Ciudad procedieron a allanar una casa en la calle Argerich 867, a raíz de la denuncia del legislador porteño Gustavo Vera ante la Dirección General de Protección del Trabajo del Gobierno de la Ciudad.

Dados los inconvenientes al llevar a cabo la inspección de rutina, se solicitó la intervención de la Unidad Coordinadora de Investigaciones Complejas de la Fiscalía de la Ciudad, a cargo de Verónica Guagnino, y la intervención de la Policía Metropolitana.
"De las tareas de investigación se constató que el inmueble contaba con una clausura municipal del año 2006 que no se estaba cumpliendo. En función de ello, el Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N° 1 emitió la orden de allanamiento", explicó el fiscal.

En el procedimiento se comprobó que el lugar contaba con cuatro unidades funcionales, dos que hacían de viviendas y otro tanto como talleres textiles y depósitos.

En el lugar "se relevó un total de 20 empleados de los que no se encontró registro en la AFIP y entre ellos se constató la presencia de un menor, por lo se solicitó la intervención del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Gobierno de la Ciudad", precisaron los voceros de la Fiscalía.

También se pudo comprobar el funcionamiento de diez máquinas de corte y planchado que al momento del allanamiento se encontraban calientes por el uso reciente, por lo que el fiscal Sebastián Stoppani, a cargo del procedimiento, ordenó el secuestro de la mercadería y máquinas, e impuso clausura judicial por cuestiones de seguridad.