El estudio Richarte-Richarte, a cargo de la defensa de Amado Boudou y otros funcionarios, presentó la renuncia por “cuestiones personales” de ambos letrados, lo que deja al vicepresidente sin abogado en el caso que lo tiene como imputado por presunto tráfico de influencias en la venta de la ex imprenta Ciccone Calcográfica.