Unos 2.000 invitados participaron del festejo de fin de año que organizó el Ministerio de Justicia en el predio donde funcionó la Esma.

“Hay cosas con las que no se puede jugar; es penoso”, opinó el ex diputado nacional, Miguel Bonasso.

“Se cruzó la raya como una especie de subcultura menemista que sigue vigente: el menemismo era Cambalache, ‘La biblia y el calefón, en un mismo lodo todos manoseados’”, parafraseó el ex legislador, quien comparó el ‘festejo’ con “abrir un boliche en Auschwitz”.

“No pueden alegar que lo hacen para resignificar el predio; ninguna facción política puede apoderarse de los muertos”, subrayó.

Bonasso reconoció que este gobierno fue uno de los que más hizo en materia de los Derechos Humanos. “Es cierto, pero esto es totalmente distinto porque no fue un convite: los empleados fueron convocados por lista”, enfatizó, tras advertir que “¡debe ser denunciado ya!”.

“Cuando se pasan ciertas fronteras, la cosa se vuelve peligrosa”, remarcó.

“Esto no lo produjo Magnetto (CEO de Clarín), lo hizo Alak (ministro de Justicia de la Nación)”, señaló Bonasso al opinar que “no se puede hacer en ese lugar una ‘choriceada proselitista’”.