La justicia agravó la condena a Fernando Esteche, líder de la agrupación Quebracho, por los destrozos ocurridos durante los escraches al FMI en 2004 y a la embajada de Israel en 2006.

Según se consignó, el dirigente aceptó prolongar medio año su encierro.

Esteche firmó el convenio con la fiscal Stella Maris Scandura, que ahora deberá ser refrendado por el Tribunal Oral Federal 5, el cual dictará el veredicto.

El acuerdo contempla unificar todas las condenas en cuatro años y dos meses de prisión contra Esteche, que desde el 3 de diciembre de 2013 purgaba una pena a tres años y ocho meses de encierro, por el escrache al ex gobernador de Neuquén Jorge Sobisch, en 2007.

Esteche consintió el mecanismo procesal del juicio abreviado para evitar que todo termine en un juicio oral, en el cual -calculó el dirigente- le esperaba "una condena segura y quizás más grave".

"Este viernes 17 de octubre vemos agravada nuestra condena en el marco de un acuerdo (juicio abreviado) por el cual asumimos nuestras culpas judiciales de haber protestado contra el FMI y la deuda externa (...), nada nos dejaría más satisfechos que haber podido intimidar a la misión del FMI", dijo Esteche en una carta abierta.

Enfrente de los tribunales federales de Comodoro Py 2002 se concentraron manifestantes de "Quebracho" con carteles y banderas de apoyo a su dirigente, que es profesor titular de Relaciones Internacionales y Comunicación en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata.

Esteche y su compañero Raúl Lescano ya estaban condenados por el ataque el 5 de abril de 2007 a un local del entonces gobernador neuquino Jorge Sobisch, en el barrio porteño de Constitución, por los delitos de "daño e incendio".

Los activistas de "Quebracho" atacaron con palos y bombas molotov el local del "Movimiento de las Provincias Unidas" que postulaba a Sobisch como candidato a la Presidencia de la Nación, en repudio al asesinato del docente Carlos Fuentealba en Neuquén.

Fuentealba murió el 5 de abril de 2007, un día después de participar de una protesta de docentes en una ruta neuquina.
El día del reclamo, la policía neuquina recibió la orden de evitar el corte de la autovía e inicialmente reprimió a los manifestantes con balas de goma y gases lacrimógenos.

Pero poco después, cuando los maestros se retiraban, volvió a ponerse en marcha el accionar de los uniformados y un agente de la policía neuquina, José Darío Poblete, disparó una granada de gas lacrimógeno contra el auto donde iba Fuentealba, quien recibió en la nuca el impacto y murió en un hospital.

El crimen derivó en protestas generalizadas, que incluyeron huelgas y movilizaciones.